Los adultos tuvieron que contener las lágrimas en el acto de
homenaje que los compañeros de Suhaila llevaron a cabo ayer
en el colegio ‘Mare Nostrum’. Los niños dieron una lección
de convivencia ante una tragedia de la que muchos no serán
conscientes hasta dentro de unos años. Ni siquiera entienden
por qué no volverá Suhaila a su clase, 2B. Alumnos de todas
las edades escucharon atentos las poesías que otros
compañeros escribieron para enviar un mensaje a la pequeña.
El sinsentido de esta muerte quedó patente en unas letras
simples en las que todo el colegio identificó. Las pancartas
que portaron muchos niños durante el acto se incorporaron en
un mural, que a modo de altar, quedó coronado por flores y
una fotografía de Suhaila. La jefa de estudios del centro
educativo, Ana Beltrán, personalizó la sensación que todos
los asistentes al acto experimentaron: un gran nudo en la
garganta a la hora de pronunciar “te llevamos en el
corazón”.
Las instituciones quisieron mostrar su repulsa a este duro
acontecimiento. El delegado provincial del Ministerio de
Educación y ciencia, Juan José León Molina, señaló que esta
“pérdida irreparable” debe servir para tomar conciencia para
que la violencia no genere más víctimas inocentes. Pidió
serenidad para que primara sobre todo “este acto tan
hermoso” que es una “muestra de cariño a y solidaridad”.
La consejera de Educación y Cultura, Mabel Deu, se mostró
muy afectada por lo sucedido. Su intervención fue muy breve
porque entendió la popular que el homenaje más especial que
se podía hacer a la memoria de la pequeña, lo llevaron a
cabo sus compañeros. Se limitó a representar a la Ciudad y
condenar el delito. Tras las palabras de los líderes
religiosos que participaron en este acto el homenaje tomó un
color más íntimo en el que los compañeros de la pequeña
protagonizaron las palabras de recuerdo. La inocencia de los
niños se vio reflejada en unas pancartas de cartulina
repletas de flores y frases llenas de un sentimiento de
tristeza, experimentada de manera colectiva, quizás en una
edad demasiado temprana. Una frase que impacta por la
simpleza y la verdad que esconde en sus trazos infantiles
hizo referencia a la pregunta retórica del qué había hecho
una niña de ocho años para que le ocurriera tal cosa. La
respuesta nunca llegará. Una lección que no se aprende en
las aulas pero que la sociedad debe enseñar a sus hijos. La
violencia nunca es la salida a un problema porque acaban
pagando los seres más indefensos. Acaso una niña de ocho
años a la que sus compañeros recordarán con un pequeño árbol
plantado para preservar la esencia Suhaila.
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La hermana de la pequeña pide justicia
La única familiar de sangre que se
acercó ayer al colegio ‘Mare Nostrum’ fue la hermana mayor
de la pequeña. Visiblemente afectada, pidió justicia para
que el presunto autor del delito, ya detenido por la fuerzas
de seguridad del Estado cumpliera una dura pena de cárcel.
Fátima, que así se llama la hermana de la fallecida,
agradeció la presencia de padres, alumnos e instituciones en
el acto de homenaje.
La jefa de estudios del centro, Ana Beltrán, no dejó de
arroparla durante todo el acto, en el que se vivieron
momentos muy duros con la ofrenda floral que realizaron los
compañeros de Suhaila.
En la puerta esperaban muchos padres de los alumnos que
comentaban sin cesar lo ocurrido. El hecho ha conmocionado a
una barriada y a la comunidad educativa de ese centro que es
consciente de que una de sus alumnas no volverá por unas
circunstancias difícilmente explicables para los niños que
preguntan dónde está su amiga.
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