Según información a la que ha podido acceder El Pueblo de
Ceuta, el asesino empleó, además de la frialdad de quien
sabía lo que iba a ejecutar, una certera cuchillada profunda
que, incluso, interesó zona ósea. ¿Ritual macabro?, ¿Acción
premeditada? ¿Cuál fue la causa real por la que el asesino
quitó la vida a Suhaila? ¿a quién beneficiaba la muerte de
la pequeña?
Estas preguntas no puede responderlas el informe forense que
ya obra en poder del juzgado número 4 de los de nuestra
ciudad. Un informe en el que no sólo se determina la hora de
la muerte de la pequeña Suhaila, sino que se han realizado
todo tipo de muestras biológicas tendentes a la localización
de elementos irrefutables para la acusación a la hora de
imputar el delito al autor material de los hechos. ADN,
restos hallados en manos y uñas de la víctima, además de un
sin fin de muestras en la habitual praxis forense,
determinan finalmente un completo escenario de cómo han
podido ser los momentos más dramáticos de la desafortunada
Suhaila. Unos datos que servirán de base, entre otros
informes, a la Fiscalía a la hora de la acusación.
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