El
último partido de la primera fase jugado por la
selección española, por cierto con un alto grado de
indolencia sobre el flojo representante de Arabia
Saudí, volvió a paralizar la ciudad, como de igal
modo sucedió en una grandísima parte del país. Las
calles, habitualmente poco congregadas a esas horas
de sobremesa, aún parecían fantasmas. ....
|