“Es cierto que había elementos del contrato, de los precios
unitarios, que estaban planteados de una manera errática”.
Esta frase corresponde a las explicaciones que el presidente
de la Ciudad, Juan Vivas dio ayer en la Asamblea a propia
voluntad, es decir, antes de las réplicas y preguntas de la
oposición. Sin embargo aunque en más de una ocasión el jefe
del Gobierno local reconoció errores que llevaron a la
empresa a cobrar de más en “algunos conceptos”, asegura una
y otra vez que no ha existido mala práctica ni por parte de
los responsables políticos de este contrato ni de los
encargados del control técnico y económico.
Vivas está “de acuerdo” ahora con las “voces” que afirman
que el coste de la amortización “no tuvo que ser considerado
como variable ni estar por tanto dentro de los precios
unitarios del servicio”. También cree el presidente que el
tipo de interés del 15% para calcular el coste de
financiación de la inversión [25 millones de euros a lo
largo de la vigencia del contrato, según Caballas] era
“excesivo”. Por último, también considera Vivas que los
precios unitarios deberían haberse calculado “en función del
número de los servicios a prestar y no del número de días”.
Pero también asegura Vivas que estas “anomalías diluyen sus
consecuencias en cuanto al enriquecimiento injusto de la
empresa”, puesto que el montante de todas las
certificaciones corresponde al precio global del contrato “y
el auditor [Ernst & Young’] dice que este se corresponde con
el coste de los servicios”. A pesar de todo, “hay que
descartar la falta de control, el descuido y la
negligencia”, insistió.
Vivas admite que como consecuencia de la reclamación a la
empresa de 5 millones, “se pueda pensar” que asume la
comisión de un error, pero asevera que aún admitiéndolo
sería “absolutamente involuntario” y sin causa, ya que no se
puede achacar “ni al desinterés, ni a la falta de control ni
al descuido ni a la negligencia”.
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