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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 11 DE SEPTIEMBRE DE 2013

 
OPINIÓN / ANALISIS

Es muy fácil hablar claro cuando
no va a decirse toda la verdad

Por Alejandro S.


Nada nuevo bajo el sol. Muy al contrario, más de lo mismo. Juan Vivas no ha aportado en su comparecencia nada que no se conociera. Si alguien pensaba que iba a dar la cara asumiendo su responsabilidad política y pasando factura a quienes actuaron de forma negligente, estaba muy equivocado. No se resposabilizó nada y se limitó a darnos una dosis de victimismo cuando dijo “aquí se trata de enganchar por algún sitio a Vivas y quitarlo de en medio”.

Un caso en el que hubo “pagos indebidos” millonarios de euros y en el que no se depuran responsabilidades. Y en el colmo del esperpento, se encargaron informes técnicos a los mismos que permitieron estos hechos. ¿Pensaba algún ingenuo que se inculparían? ¿cabe mayor despropósito?

Para volver a repetirnos (todos) lo dicho hasta ahora, no hacía falta ninguna pantomima en forma de Pleno, donde no se esclareció absolutamente nada. Una pérdida de tiempo en la que los políticos sólo se preocuparon de sus discursos repetitivos en argumentación sin aportar novedades.

Se han puesto excusas y paños calientes y, en estos casos, se pierde fuerza y legitimidad en los argumentos cuando, tras reconocer errores, no se exigen responsabilidades. “Errores” de millones de euros. Claro que para depurar responsabilidades políticas y técnicas hay que tener las manos libres y limpias, porque en 12 años de Gobierno Vivas, esos mismas personas a las que se les podría pasar factura e inculpar por sus “errores” contables, han visto tantas cosas de todos los colores que podrían mover los cimientos de todo un Gobierno. De ahí que no pase nada y pelillos a la mar. A fin de cuentas es dinero público, ajeno, y no nos duele.

Juan Vivas tuvo la desfachatez de calificar el caso Urbaser como “desvirtuado” para implicarle y dijo que ni negligencia ni corrupción. ¿Cómo le ponemos a la falta de celo en el control de los pagos? ¿Alguien ha pensado porqué Jesús Simarro no quiere comparecer en la Comisión de Investigación? ¿Habrá algo oculto cuando Aróstegui habla de la convicción moral de que se ha robado? ¿Alguien ha pensado alguna vez que se llega a una moción de censura para derrocar a un Gobierno de manera limpia, pura y casta? Cuando hay tantos intereses políticos y de los otros en juego, nada sale gratis et amore. No ha pasado nada, no hay nada que ocultar pero el Fiscal ha encontrado en el procedimiento seguido indicios de delito. Vamos a ver en que queda la cuestión judicial, porque políticamente el asunto no esclarece nada.

Juan Luis Aróstegui aprovechó el Pleno para moverse en el terreno que mejor domina: la grandilocuencia, la demagogia y las palabras que dan titulares.

José Antonio Carracao, con ideas claras, recordó a Juan Vivas que el respeto que pedía para sí, que lo hubieran aplicado con él (el líder del PSOE), con ocasión de las múltiples descalificaciones de la que fue objeto en todo este conflictivo asunto.

Mientras, lo cierto es que la imagen que ha dado Juan Vivas no es creíble en cuestión de transparencia porque siempre fue a remolque de cuanto iba saliendo. Nadie piensa que en el tema Urbaser no haya existido corrupción, porque se han barajado cantidades diversas en distintas fases con una frivolidad descarada. Cuando se encargan los informes a los mismos que se “equivocaron”, no se tiene ninguna credibilidad para sustentar argumentos convincentes.

Y en este juego de equilibristas, de parece que digo sin decir nada, al ciudadano se le queda una cara de tonto espectacular, porque siente que se le toma el pelo, que no hay intención ni deseo de esclarecer nada, que todo es un engaño continúo.

Vivas dijo que asumía errores, aunque a coste cero: nadie dimite (al menos por este asunto) ni a nadie se le cesa. Que manera de navegar en todas las aguas y alcanzar la orilla sin zozobras. Un paseo en lancha tan placentero como irrisorio. ¿A quién o quienes quieren engañar?

Cualquier castizo hubiera dicho: “Aquí alguien ha trincado”. Pero Ceuta es diferente, con nosotros ni va la corrupción ni las negligencias. Solo cometemos errores. Ahora, eso sí, millonarios en euros. Total, una minucia. Cinco millones de euros más o menos, qué importan.
 

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