En una de sus mejores intervenciones en la Cámara autonómica
la portavoz socialista sacó ayer jugo a las semanas que
llevaba preparando su discurso para el Debate sobre el
Estado de la Ciudad a pesar de que cincuenta folios son
demasiados para 30 minutos en el uso de la palabra. Cuando
volvió al estrado para replicar al presidente Ramírez
pareció perdida entre la opción de completar su cuadro de lo
que ve en Ceuta y la de contestar a Vivas, lo que lastró la
fluidez de su discurso.
No obstante, con la primera media hora le sobró tiempo para
ganarse su ya clásica ración de burlas y sonrisas del PP.
Tantas fueron que hasta a Ali le dio envidia, la felicitó
por su intervención e hizo votos para recibir tanta
pataleta. No lo consiguió. A pesar de dejarse llevar más de
una vez por la necesidad de glosar las virtudes del
Ejecutivo de Zapatero para contraponerlas a los defectos del
de Vivas la intervención de Ramírez fue, esta vez sí,
agresiva y directa.
La socialista recogió el guante económico que lanzó el
Gobierno y empezó por ahí sobre el guión previsto: cuestionó
que exista Plan de austeridad alguno y denunció ‘el Sistema’
que ve alrededor como si napolitana fuera: “Seguimos
observando con tristeza”, dijo nada más empezar, “su empeño
en mantener la misma línea, casi exclusivamente diseñada
para satisfacer a sus allegados, fieles y voceros; a pesar
de la penuria económica y el paro que padecen muchos
ciudadanos que no tienen tanta suerte u oportunidades”.
“La crisis económica”, completó más tarde, “no es para usted
un incentivo para administrar mejor, para atender de verdad
a los ceutíes más necesitados; sino, solamente, para pedir
más y más dinero, pocos años después de que su partido, en
solitario, aprobase un sistema de financiación de la Ciudad
que consideraron establecidos por varias décadas”.
Después atacó a los consejeros han remodelado sus despachos
y puso en solfa el nivel de endeudamiento de la Ciudad, que
consideró “excesivo” pese a las negativas y la algarabía
general. “Está dejando a la Ciudad al borde del colapso como
si después de ustedes no hubiera futuro, no hubiera nada”,
advirtió a los bancos del PP, a los que terminó de calentar
cuando denunció la “desidia” del Gobierno a la hora de pagar
a sus proveedores y, ya en materia de Personal, sacó a
colación presuntos escándalos ya sobreseídos judicialmente
como los del engrasador.
“Ustedes prefieren la oferta genérica del INEM, que les
permite más maniobrabilidad para manejos caprichosos
obviando los principios básicos de igualdad, oportunidad,
mérito y capacidad, en la selección del personal”, completó
tras poner en cuestión la ata temporalidad de la plantilla
municipal y el “desmesurado” gasto en horas extraordinarias,
el crecimiento “desmedido” del gasto en trabajadores
“mientras servicios básicos como Bomberos operan en
precario”.
Consumado lo básico Ramírez, por si tenía pocos, abrió
nuevos frentes de conflicto. Primero cargó contra la gestión
del “vergonzoso” transporte público y contra la propia
concesionaria: “Parece que viendo que sólo quedan unos años
para que expire la concesión anda haciendo méritos para que
se la renueven y sea ella la que imponga sus condiciones”.
El último dardo del Capítulo I fue para Menores, que según
dijo además de “falta de recursos personales, materiales y
funcionales” soporta a un subdirector general “cuya
actuación no se corresponde con el cargo que ocupa”.
La Policía Social del PP, por escasa y errática, también se
llevó lo suyo. Cargó contra los convenios “no controlados” y
reclamó la municipalización de algunos servicios; atacó por
“incomprensible” e “improvisada” la estrategia de
realojamientos y reclamó que termine la entrega de
subvenciones “a cualquier entidad para que puedan salir al
paso y cubrirle las espaldas en cualquier aprieto político”.
“Usted adormece a la sociedad”
“Lo peor es que su gestión al frente de la Ciudad es que
está produciendo un adormecimiento social empeñado en
mantener con ayudas un tejido empresarial que no crea empleo
y cierra las posibilidades a que los emprendedores abran
nuevas empresas y negocios, que, desde una perspectiva más
innovadora, serán fuente de generación de más puestos de
trabajo que el desfasado tejido empresarial que tenemos”,
dijo tras enervar por completo al Ejecutivo advirtiéndoles
de que desde su punto de vista “tendrá las manos limpias,
pero no sé si la conciencia”.
De la Policía Local aseguró que se la trata “como un juguete
para cultivar su estrecha y pueblerina megalomanía”; de
Acemsa lamentó “lo que le ha costado a esta oposición que el
Gobierno pusiera fin a los cobros indebidos por
alcantarillado y mantenimiento de aljibes” y de Medio
Ambiente y Equipamiento Urbano abundó en que sólo gracias a
los fondos estatales se logrará “que deje de haber barriadas
sin contenedores ni saneamiento”.
Al terminar, regaló a Vivas “cuatro ideas” para que
“reflexione” sobre ellas: “Hay que ser más austeros, prestar
más atención a los vulnerables, regenerar la economía y ser
más solidarios”, pidió.
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