Más proclive a improvisar que a largas peroratas, Ali fue
ayer más claro en su réplica a Vivas que en su exposición
inicial. El portavoz de UDCE-IU volvió a transitar por
críticas al Príncipe conocidas (el “olvido” del Príncipe, el
coste de la Manzana, la RPT, el enchufismo -”la calle sabe
que para trabajar en la Asamblea hay que ser militante del
PP”, dijo entre la desaprobación Popular- o el nivel de
endeudamiento -”no pueden decir que no cuando recurren al
método alemán de pago”-) y abrió otras batallas: la falta de
habilitación nacional de la plana mayor técnica de la Casa,
la gestión del agüjero del CJCE y el presunto “cinismo” del
Ejecutivo de Vivas.
Fiado una vez más a su capacidad e innato talento, el líder
de la oposición en la Asamblea demostró ayer que o el
Gobierno ha abierto pocos flancos de crítica más allá del
Consejo de la Juventud (CJCE), Menores y el ‘recibo único’ o
su grupo no ha tenido tiempo de renovar su arsenal contra el
equipo de Juan Vivas. El discurso del portavoz de UDCE-IU
goza del respeto de la bancada del PP, que sabe de su
habilidad para sacar petróleo de cualquier pozo, pero la
estructura del Debate sobre el Estado de la Ciudad, tan
alemana, no beneficia a sus cualidades como interlocutor,
que lucen más en el intercambio rápido de golpes que en
charlas tácticas.
En sus dos intervenciones de ayer vino a decir lo mismo, que
la gestión del Gobierno del PP es un sinsentido (“esto es de
locos”, dijo literalmente en la primera de ellas), pero el
discurso de Ali desde el atril del Salón de Plenos fue más
claro y directo en la réplica, cuando ya tenía al Ejecutivo
anclado en dos de los anzuelos que había lanzado antes.
Fueron los del Consejo de la Juventud, asunto sobre el que
consiguió que Vivas no le respondiera de forma contundente a
si la Ciudad entregó o no sus subvenciones conforme a la
Ley, y el de la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) de la
Asamblea, tema con el que sí logró sacar un reconocimiento
de culpa al presidente.
“Espero enervarles como la portavoz socialista”, arrancó su
turno de palabra Ali tras oír a Vivas y a Ramírez, a la que
felicitó expresamente por su discurso. Después, y puesto que
el PP había decidido que el partido se jugaría en el terreno
económico, el de UDCE-IU se aplicó a la tarea de situar al
Gobierno en el manicomio. “A mí los ceutíes me paran por la
calle y me dicen que antes pagaban 7 euros por la factura
del agua y que ahora les cobran 40; si usted dice que no hay
crisis será que vive en otra realidad”, criticó el portavoz
sin mencionar que la nueva factura reúne tres conceptos y la
anterior uno.
“Falta calidad democrática”
Acto seguido, cambió de tercio y tomó un capote antiguo, el
de la “falta de calidad democrática” de la Asamblea,
enfocado esta vez desde una perspectiva nueva. Aparcado
durante años, UDCE-IU puso ayer el dedo en la llaga de la
situación del interventor, la secretaria general y el
tesorero de la Asamblea, que como carecen de la preceptiva
homologación nacional están, un poco, insinuó, al arbitrio
de lo que de ellos opine el Gobierno. Su rédito, a la espera
de saber si el Estado decide hacer algo al respecto, no fue
más allá de escuchar la consabida negativa de su denuncia
sobre ese presunto control político de Vivas y de
enfrascarse con este en una discusión sobre si al titular de
Intervención puede o no (Vivas cree que sí) adjudicársele el
adjetivo de “gestor”.
Por la rama clásica Ali sacó de nuevo el “caos” de las
sociedades municipales y los distintos criterios que imperan
en cada una de ellas para, dentro del capítulo de Personal,
pararse en la no menos repetida crítica a la ausencia de RPT
municipal. “No es que usted quiera o no hacerla, es que es
una exigencia legal, aunque elaborarla le traiga disgustos”,
le recordó Ali, que clavó una banderilla preguntándose cómo
es posible que un cargo del rango del subdirector general de
Menores “no tenga título universitario”.
Cuando le respondió Vivas asumió el mea culpa sobre la RPT,
aunque en su réplica Ali le reprochó por corta su disculpa:
“No vale con decir que ha sido un error suyo y ya está,
insinuado que ni siquiera se va a elaborar; hay que asumir
responsabilidades porque esto es política”, pidió al
presidente.
La “traición” estatutaria
Sin salir de la Asamblea y evidentemente marcado por su
alianza con el PSPC el líder de la oposición recriminó al PP
su posición con respecto al nuevo Estatuto, el haber
anunciando hace un año que reactivaría su Comisión de
Redacción hace un año “mientras ahora se escuda en el
consenso con el PSOE para no hacerlo” y el “traicionar” a
Ceuta por no dar pasos para intentar convertir a la ciudad
en Comunidad Autónoma e igualarla así al resto de regiones
españolas.
“Hágalo, convoque la Comisión, tiene nuestro apoyo, y si es
el PSOE el que no quiere, que lo sepan los ciudadanos”,
demandó Ali, que también cuestionó la actitud timorata del
Ejecutivo en la gestión de los daños ocasionados por el
temporal de septiembre: “Dijo que lo haría pero no luchó por
la declaración de zona catastrófica y ahora los que no
tenían seguro no cobrarán nada precisamente por eso”,
lamentó.
Como no podía ser de otra manera la Manzana del Revellín
también tuvo, a cuenta de su precio, su espacio en el
Debate. Ali la utilizó como ejemplo palmario de la “locura”
del Gobierno. “La obra civil del complejo nos va a costar
casi tanto, si es que nos dice la cantidad”, reclamó a
Vivas, “como el nuevo hospital... ¡Esto es de locos!”, clamó
discrepando de que el Ejecutivo destine a este proyecto “más
de 50 millones de euros” mientras “no se dice nada de su
supuesta apuesta por los polígonos del Tarajal, por la Unión
Aduanera, por la aduana comercial o por la política de
vivienda, que para esta legislatura no irá más allá de las
250 que tendrán en Loma Colmenar y el Sarchal”. “¿Es eso
suficiente para los 3.000 demandantes que tiene Emvicesa?”,
se preguntó.
En el capítulo de omisiones del Gobierno además del Tarajal
el portavoz de UDCE-IU incluyó al Consejo de la Juventud y
la seguridad en el Príncipe. Sobre el primero exigió
explicaciones sobre por qué el Ejecutivo dijo primero que
salvaría el organismo y acto seguido “se lavó las manos
diciendo ‘¡mariquita el último!”. Además, reclamó una y otra
vez que Vivas le dijera si las ayudas que se pagaron se
transfirieron de acuerdo o no con la ley. No logró
respuesta.
Sobre el Príncipe, feudo electoral propio, UDCE-IU cargó las
tintas en la “inútil” Comisión que para actuar en la
barriada que dirige Gordillo y arremetió contra el Ejecutivo
por no plantear a la Junta Local de Seguridad la necesidad
de una Comisaría para la zona, como se pactó en Pleno (“no
han dicho ni mú”) y por no iniciar el proceso de
legalización de viviendas “mientras sí cobra a sus ocupantes
todos los impuestos”.
“Suspendo su gestión”
Ali cerró su exposición de la realidad de Ceuta volviendo a
la economía y recordando al Gobierno que ni su apoyo a los
Presupuestos ni a las 44 medidas de reactivación habían sido
un cheque en blanco, aunque sí reclamó méritos “merecidos”
por haber logrado incrementar las partidas de becas, IMIS o
alojamiento alternativo “aunque ahora lo vendan ustedes”.
“Suspendo su gestión”, le resumió a Vivas, “porque su grado
de cumplimiento de las consignaciones presupuestarias y los
acuerdos plenarios es nulo”. “Pide cosas para salir de la
crisis que dependen del Estado”, terminó su crítica, “pero
no dice nada de la reforma del IPSI, ni de la Unión
Aduanera, ni de la declaración de región ultraperiférica, ni
de políticas activas de empleo, y así frena el avance y
revitalización de la ciudad”, zanjó.
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