Si bien
España ha procurado y, conseguido, que Europa tome
cartas en el asunto respecto de Marruecos, no debe
permitir que, en virtud de ello, el vecino país no
cumpla con lo que se comprometió bilateralmente. Si
hay un acuerdo de 1992, aplíquese. Las medidas
extraordinarias sí sirven para paliar, de momento,
una coyuntura complicada, pero no debe aplicarse con
carácter extraordinario este tipo de medidas que ya
se prevén en el convenio bilateral rubricado con
Marruecos hace catorce años....
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