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Las medidas que se prevén para la
zona, como consecuencia de la problemática sobrevenida,
parecen adecuadas aunque lleguen algo tarde. El dicho, no
obstante, es válido y más vale tarde que nunca.
Si bien España ha procurado y, conseguido, que Europa tome
cartas en el asunto respecto de Marruecos, no debe permitir
que, en virtud de ello, el vecino país no cumpla con lo que
se comprometió bilateralmente. Si hay un acuerdo de 1992,
aplíquese. Las medidas extraordinarias sí sirven para
paliar, de momento, una coyuntura complicada, pero no debe
aplicarse con carácter extraordinario este tipo de medidas
que ya se prevén en el convenio bilateral rubricado con
Marruecos hace catorce años. Los subsaharianos de la pasada
semana, como los pakistaníes de ayer por la tarde han
llegado hasta Ceuta desde el vecino país y de eso no le cabe
duda alguna a nadie. Si los subsaharianos entran violentando
la valla, los pakistaníes, iraníes y demás asiáticos lo
hacen desembarcando en nuestras costas. Marruecos debe
aprender a frenar tales circunstancias por si se le ha
‘olvidado’ cómo en función a lo que recibe. Europa va a
comenzar a recordarle afortunadamente como deben hacerse las
cosas.
Mientras la vicepresidenta del Gobierno ha anunciado las
bondades económicas en inversión para Ceuta en 2006,
Zapatero explicaba que acudiría como presidente del Gobierno
a las ciudades autónomas en esta legislatura. Ante los
micrófonos de Europa Press, el jefe del Ejecutivo valoró que
nunca antes un presidente de Gobierno -como tal- visitó
oficialmente Ceuta y que él sí lo hará. Nos parece realmente
bien, correcto y hasta necesario el que lo haga, sin embargo
conviene apuntar que D. Adolfo Suárez sí vino oficialmente a
Ceuta como presidente del Gobierno, firmó en el libro de Oro
de la ciudad e inauguró algún que otro edificio. Rodríguez
Zapatero vendrá y de ello nos alegraremos los ceutíes. Y
todo, pese a que la expresión utilizada de “Ceuta será
España por mucho tiempo” no es tan afortunada como si
hubiera afirmado “por siempre”. En otra oportunidad será.
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OPINIÓN / EDITORIAL
