Uno de los testimonios más relevantes en el juicio de ayer
fue el de la médico forense que realizó la autopsia a lo
joven linense. La doctora relevó que hubo dos circunstancias
que provocaron la muerte. Por un lado, que el procesado,
Mohamed Amahda, arrastró boca abajo a la víctima valiéndose
de un cordón que ató alrededor de su cuello y que, aunque no
tuvo por qué provocarle la asfixia, sí es suficiente para
originar un síncope, impidiendo el riego sanguíneo al
cerebro. A esto se le une que también se produjo una
obstrucción tanto de la boca como de la nariz, como
demuestran los hematomas que presentaba en la cara. Ambas
circunstancias combinadas llevaron a la muerte de Laura y
así lo puntualizó la forense, aunque reconoció que no se
puede especificar en qué orden se sucedieron estos hechos.
Además, la joven recibió al menos dos fuertes golpes. Uno en
el oído derecho y otro en la parte posterior del cráneo que,
según especificó la doctora, pudieron provocarle un
aturdimiento que impidió que Laura siguiera defendiéndose. Y
es que, no hay signos que demuestren que la joven intentara
zafarse del cordón que le oprimía el cuello. La doctora dejó
muy claro que las grandes diferencias entre la complexión
del procesado, que mide alrededor de 1,95 metros y de la
víctima, 1,55 metros, era desproporcionada.
Tras la autopsia se comprobó que en el cuerpo de la joven
linense no había restos de semen del acusado. No obstante,
la doctora respondió a preguntas de la acusación que pudo
haber penetración sin dejar restos. Además, dejó muy claro
que para haber agresión sexual no necesariamente debe
existir penetración, como en este caso.
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