Como ya se ha convertido también en tradición, el presidente
Vivas aprovechó el Día de Ceuta para abrir el año político
local “renovando y actualizando retos, compromisos y
demandas”. De su exposición no salió ninguna gran novedad:
el presidente subrayó “la evolución que Ceuta ha
experimentado desde que se promulgó el vigente Estatuto de
Autonomía, hace ya 14 años” e hizo compatible dicha
impresión, huyendo “de la autocomplacencia, el conformismo o
el inmovilismo”, con la certeza de que “siguen siendo muchas
las necesidades” en materia de empleo, suelo, actividad
productiva o transporte marítimo.
Sobre la reforma del Estatuto pasó de puntillas: no mencionó
siquiera lo de Comunidad y abogó por “mejorar nuestro
régimen de autogobierno, vía reforma del vigente Estatuto de
Autonomía, de conformidad con los pronunciamientos del Pleno
de la Asamblea y de manera consensuada”. Sí reclamó una
aduana comercial con Marruecos y abogó porque Ceuta tenga un
papel más activo en Europa aprovechando la Presidencia
española de 2010.
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