Tras dos intensos días de trabajo para atender a todas
aquellas familias que se han quedado sin cobijo durante las
fuertes jornadas de lluvia, los voluntarios de Cruz Roja
pudieron concluir su dispositivo de trabajo en el
polideportivo Antonio Campoamor.
La última tarea llevada a cabo por la entidad solidaria fue
el traslado de los afectados, bien a las pensiones del
centro de la ciudad autónoma, o a sus casas, cerrando todo
el operativo sobre las siete de la tarde de ayer. Tanto Cruz
Roja como Cruz Blanca repartieron entre las familias,
independientemente del lugar al que fueron desplazados, kits
de emergencia con productos básicos, incluidos los de
alimentación, además de ropa. En el caso de los once núcleos
familiares que han sido alojadas en hostales, podrán seguir
cumpliendo con el ayuno de Rmadán, ya que Luna Blanca
seguirá llevando a las tres pensiones la comida tradicional,
al igual que ha ocurrido en días anteriores. La situación ha
sido controlada por el departamento de Servicios Sociales
que ha contado con 23 trabajadores sociales, 4 educadores y
3 psicólogos, detectando las necesidades de estas personas
que han sufrido las intensas lluvias.
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