Las barriadas del campo exterior no sufrieron tanto como en
anteriores ocasiones. La principal razón de que no hayan
padecido lo de otros años fue gracias a las mejoras llevadas
a cabo por la Administración local durante el último
ejercicio y es que el temporal de 2007 puso en preaviso a
los consejeros y presidente de la Ciudad.
Blanca Vallejo, presidenta de la Asociación de vecinos del
centro comentó que “en mi vida, y mira que ya tengo unos
añitos, jamás he visto algo como lo de este fin de semana y
lunes”, señaló. Las consecuencias podrían haber sido
nefastas, pero la modernización de la canalización de las
aguas pluviales han conseguido frenar una catástrofe local
que sí sucedió, por ejemplo, en el vecino Castillejos.
En cuanto a la barriada de San José, el asesor de la
presidenta de la asociación de vecinos, Hamido Mohamed,
declaró que su zona no había sufrido apenas en relación con
otros años y eso llama la atención, puesto que es difícil
encontrar comparación con lo sucedido este septiembre. Las
riadas y las precipitaciones se han colado, por acumulación,
por aquellas rendijas que han quedado liberadas. En San
José, han sufrido las calles secundarias de las barriadas,
aquellas más estrechas y alejadas de Hadú. La red de
saneamiento aquí sí es más antigua y su inclinación ha
provocado que cayera a borbotones sobre las casas más bajas,
pero tampoco han sido tantas como en otros temporales. Las
calles de Miguel Lara, Córdoba o Mercado Roldán han sido
algunas de las perjudicadas. En una de ellas, los maceteros
colocados hace poco tiempo por la viceconsejería de
Equipamientos Urbanos ya no están o, si aún permanecen, se
encuentran resquebrajados o volcados a causa de la riada.
‘Comercial Ramón’ sigue sufriendo y es que el colector de la
general aún no está conectado con el de la tienda.
Hamido Mohamed dijo que de no haber sido por los arreglos en
la cubierta del mercado, tanto el gimnasio como el propio
mercado se hubieran visto gravemente perjudicados. Además,
este vecino comentó que hace un mes pidieron, con criterio y
previsión, que le limpiaran las alcantarillas de San José y
que, gracias al trabajo de Acemsa, fue posible que las
arquetas recogieran el riachuelo urbano.
Tampoco faltaron los agradecimientos a Policía Local y
Bomberos, quienes tuvieron una “rápida” respuesta, según
indico el propio Hamido Mohamed, que sí lamentó los daños
del cementerio musulmán.
Tampoco sufrió en exceso Manzanera. Francisco García Segado,
presidente de la asociación de vecinos, enumeró los daños
sufridos, pero, tal y como reconoció, “no son nada comparado
con los que han tenido otras barriadas”. Enfrente del portal
número 7, la presión del agua en las alcantarillas había
provocado que las nuevas losetas colocadas por Equipamientos
Urbanos con motivo del Plan de Dotaciones se levantaran
levemente. Otras losetas también habían sufrido
consecuencias en varias calles y también se han encontrado
grietas o pequeños derribos en muros, aunque sin aparente
importancia. Las pistas polideportivas de muchas barriadas
han sufrido y la de Manzanera, debido a su componente de
caucho ha visto cómo las irregularidades del terreno se han
incrementado. “Esta mañana he estado con la secadora en las
cintas de correr del gimnasio”, comentó Segado. “He creído
que no era oportuno dar el aviso a Gregorio García Castañeda
-responsable de Equipamientos- porque habrá otros peor que
nosotros”.
La barriada del campo exterior Doce de Diciembre tampoco ha
sufrido las consecuencias del temporal, tal y como sí les
sucedió en otras ocasiones. Su presidente, Guillermo García
dijo que las alcantarillas “han funcionado bien y han
evacuado todo el agua” y añadió que “tampoco se ha caído
ninguna edificación; gracias a Dios esta vez hemos tenido
suerte”.
Sí sufrió la Almadraba. Esta barriada acogió la presencia de
los militares durante buena parte de la jornada para limpiar
la zona. Pero quienes más padecieron fueron los fieles de la
parroquia del Carmen. Esta capilla vio cómo el agua y barro
sobrepasaba los bancos del lugar. Los voluntarios se
afanaron en achicar el agua desde las 13.00 horas y el
trabajo les llevó prácticamente toda la tarde. Además, la
fuerza del agua había arrastrado la arena y había dejado al
descubierto todos los cimientos de la capilla.
En el Pueblo de San Antonio varios garages quedaron
anegados, pero sobre todo, las casas bajas de todas las
fases de esta barriada situada en el Hacho. Uno de los muros
de la última fase se desplomó, pero no impactó en ninguna
persona. La representante vecinal aseguró que ya la
situación de este muro estaba en precariedad y que se lo
habían hecho llegar a la Ciudad. Estos vecinos pasaron
varias horas incomunicados, aunque se felicitaron por la
rapidez con la que se reestableció el suministro de luz.
En cuanto al centro, la presidenta de la asociación vecinal,
haciendo un rápido balance, dijo que únicamente se había
desplomado un muro cerca de la calle Brull, una pared que
estaba pegada a un edificio nuevo. Además, algunos áticos
habían quedado inundados, añadió Blanca Vallejo.
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