“Acto nostálgico de una era oscura y definitivamente
caducada”. Así describió ayer el Rey de Marruecos en un
comunicado leído por su consejero Mohamed Moatasim del
Consejo de Ministros del país vecino presidido por el
Soberano en Casablanca la visita de los Reyes de España a
Melilla y Ceuta de ayer y anteayer.
El rey de Marruecos, Mohammed VI, calificó ayer de
“lamentable” la visita de los Reyes de España a las ciudades
“marroquíes ocupadas de Ceuta y Melilla” y dijo que es
“obligado hacer asumir a las autoridades españolas su
responsabilidad con respecto a las consecuencias que podrían
poner en peligro el futuro y evolución de las relaciones
entre los dos países”.
En un comunicado leído por el consejero del Rey, Mohamed
Mouatassim, y recogido por la agencia marroquí Europa Press
a través de MAP, Mohammed VI subrayó la “flagrante falta de
respeto” del Gobierno sobre el espíritu del Tratado de
amistad, de buena vecindad y cooperación alcanzado en 1991,
al tiempo que denuncia con “toda firmeza” la visita de Don
Juan Carlos y Doña Sofía a las ciudades autónomas, por ser
“acto nostálgico de una era sombría y decididamente
superada”.
El monarca alauí expresa, por tanto, su “viva condena” por
el viaje que considera “sin precedentes” y
“contraproducente” por atentar contra los sentimientos
patrióticos del pueblo marroquí. Por ello, señaló, Marruecos
tomó la decisión de llamar a consultas “por un periodo
indeterminado” a su embajador en la capital española, Omar
Assiman.
Firme rechazo
“Rechazamos con tanta firmeza como determinación el que
nuestras constantes nacionales sagradas sean utilizadas como
medio en el negocio interno español y que nuestros valores,
así como nuestros intereses, sean explotados como herida
abierta”, continuó el texto del comunicado Real.
Además de expresar la determinación de Mohammed VI por
preservar y garantizar “todos los derechos inalienables y
legítimos de soberanía”, el comunicado insistió en el
“estatus jurídico de las dos ciudades ocupadas y de las
islas” cercanas y en lo justo de su “reivindicación
permanente para su vuelta a la madre patria”.
En este sentido, consideró que la “ocupación” no puede
“adquirir legitimidad jugando con la antigüedad, a través de
actos unilaterales, o bien por el sesgo político del hecho
cumplido” y urge a un “diálogo honesto, sincero y abierto
sobre el futuro” para solucionar el conflicto territorial.
Un diálogo, añadió, que sea responsable y que garantice los
“derechos de soberanía” de Marruecos y “tenga en cuenta los
intereses de España”.
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