La festividad del ‘Día de la Mochila’ ha conseguido durante
todos estos años aunar a las distintas edades de la
población caballa. Tanto pequeños como adolescentes, adultos
y mayores tienen motivos sobrados para ser partícipes de las
celebraciones del primero noviembre.
Los pequeños son los primeros encantados porque se rompe la
rutina escolar al ser día festivo. Estos tienen un motivo
para salir al campo y hacer travesuras mientras entran en
contacto con la naturaleza.
Los adolescentes comienzan a salir en grupos y esta ocasión
sirve para fomentar las típicas pandillas de amigos que
recuerdan ocasiones como estas para siempre. Tanto adultos
como mayores tienen en el ‘Día de la Mochila’ una
oportunidad para volver a unirse. Varias generaciones de una
misma familia a pie de campo o playa disfrutan juntos como
hacía tiempo que no ocurría.
Al hilo de este carácter festivo, los más pequeños
suplicaron todo lo posible para que sus padres les llevaran
ayer a los distintos parques públicos de la ciudad, y lo
consiguieron. Buena muestra de ello es la imagen de San
Amaro, repleto. “Han llegado paulatinamente desde bien
entrada la mañana aunque a la hora de comer esto se ha
vaciado un poco”, replicó un vigilante de la instalación.
Un grupo de ceutíes optó por pasear sus caballos por el
campo y, mientras unos iban a pie, ellos eran su envidia.
Otro grupo de personas optaron por disfrutar de las vistas
ceutíes y acudieron al mirador de Isabel II.
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