Los niños fueron los que más disfrutaron de la jornada
festiva. Y es que éstos buscaban una utilidad a cualquier
objeto para poder jugar con ellos y así divertirse con sus
amigos. Unos llevaban pelotas, otros palas, juguetes, e
incluso los más modernos se atrevían a llevarse al campo su
PSP para jugar unas partidas con sus amigos.
En algunos lugares pudimos ver redes de voley atadas a uno y
otro árbol de manera que quedaban tensas para que después un
grupo de amigos jugase un partido. Daba igual quien ganara o
perdiera, incluso si el resultado era extenso o no ya que lo
más importante era conseguir el objetivo previsto: pasarlo
bien.
Las cartas no podían faltar para acompañar al café de
después del almuerzo. De esta manera, muchas familias
llevaron barajas para pasar un rato agradable y disfrutar
con los suyos. Otro de los juegos que no faltaron en la
jornada de ayer fue el bingo. Los números iban sonando entre
el ruido de la multitud mientras que los jugadores y
jugadoras hacían otro uso de los garbanzos y frutos secos
tapando con éstos los números que iban saliendo.
Los más ingeniosos se atrevían a fabricar juguetes, e
incluso atracciones, para disfrutar de la intensa jornada de
campo. En García Aldave pudimos apreciar como un grupo de
niños buscó un trozo de madera y unas cuerdas, que más tarde
tensadas en un árbol formaba un columpio tan ecológico como
divertido.
El año que viene, los ceutíes volverán a disfrutar
observando a los más pequeños buscando la mejor forma de
pasarlo bien.
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