Mohamed
VI y su Gobierno han vuelto a testar a España. Si
con la acción de Perejil, Marruecos encontró una
respuesta acorde al papel prevalente de un país
-octava potencia económica mundial- como el nuestro,
a día de hoy y merced a las “extraordinarias
relaciones”, los marroquíes ya saben de qué pasta
está hecho y cuán laxo es el Ejecutivo de Rodríguez
Zapatero...
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