Sin agua corriente, ni luz, y entre pilas de basura, restos
de comida y excrementos. En este escenario viven
cuatrocientas personas en el centro de Ceuta. El olor que
desprende el interior del solar abandonado da a entender que
las condiciones de higiene son inexistentes.
Desde hace más de cuatro años, el antiguo almacén de Crisa
sirve de refugio a unos inmigrantes instalados en una
especie de limbo legal, invisibles para la Administración y
para la Policía. Sólo los vecinos del residencial Galera,
anexo al barracón, parecen haber percibido su presencia. Los
que actualmente sobreviven en este solar, ubicado detras del
edificio de la Cruz Blanca, llevan más de una semana sin
lavarse. La comida la encuentran rebuscando entre los
desperdicios de los contenedores urbanos. El colectivo
argelino - unos ochenta en total- ocupa la última planta, al
final de un pasillo intransitable a causa de los cientos de
bolsas de basura que lo invaden....
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