Duros
pero leales, directos pero respetuosos, implacables
y sin tapujos, Vivas, Imbroda y Zapatero hablaron
claro, de todo, sin ambages. Más de noventa minutos
entre el presidente de Ceuta, el de Melilla y el de
España donde quedaron, a priori, bien cerradas
heridas pasadas. Mientras Vivas apelaba a la
solidaridad territorial, hablaba de cohesión y se
mostraba encorajinado por la complicada coyuntura
que atraviesa Ceuta, Imbroda fue también tajante
-con otro estilo, probablemente menos institucional,
pero igualmente efectivo además de efectista-
llamaron al pan, pan y al vino, vino. Ambos
coincidieron, entre otros muchos argumentos,...
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