Indignación, impotencia, desilusión, desesperanza, rabia o
tristeza. Estos son algunos de los sentimientos que se
acumulan en aquellos que integraban la lista de
adjudicatarios de las 317 VPO de Loma Colmenar calificada
como no oficial por parte del Gobierno pero sobre la que ya
estaba todo preparado para entregar las casas. Tras conocer
que el sorteo será finalmente el método para elegir a
quienes ocuparán estas viviendas y que ellos no tendrán
ninguna preferencia, un grupo de quienes aparecen en el
listado manifestaron ayer toda su indignación en el Palacio
Autonómico. La jornada comenzó temprano para ellos. A las
diez se empezaban a concentrar a las puertas del
Ayuntamiento. Su objetivo era saber qué pasaría con ellos y
qué se decidiría en la reunión de la Comisión Local de la
Vivienda. Por ello, poco después decidieron trasladarse al
Ceuta Center, donde se iba a producir este encuentro. Desde
las once de la mañana hasta poco pasada la una, alrededor de
cincuenta personas esperaron en los pasillos de estas
dependencias municipales para conocer qué se estaba cociendo
en el interior de Procesa, donde se reunió la comisión.
Policías en los pasillos
Allí varios agentes de la Policía Local velaban por que se
mantuviera la calma, ya que el ánimo de estas personas cada
vez estaba más alterado ante la realidad de ver cómo sus
posibilidades de entrar en las casas cuyo contrato ya
hubieran firmado si se hubiera seguido adelante con la lista
se reducían. Ellos sólo pedían la explicación que hasta
ahora el Gobierno les había negado y no querían irse de allí
sin hablar con el consejero de Fomento, Néstor García, o la
gerente de Emvicesa, Kissy Chandiramani. Al final fueron los
dos los que salieron a dar la cara. Antes, un agente
advirtió a quienes estaban en los pasillos que debían
mantener la calma. Rodeados de policías, García y
Chandiramani salieron de la reunión y fue el consejero el
que tomó la palabra aunque poco explicó. Lo único que
trasladó a los afectados fue que se ha trabajado para dar
solución a las demandas de los ciudadanos y que a
continuación ofrecería una rueda de prensa en la que daría
los detalles de lo acordado en la Comisión de la Vivienda.
Para informarse de cómo sería la adjudicación, los remitió a
los medios de comunicación. García no quiso en ese momento
decirles que el sorteo, lo que ellos más temían, sería el
sistema elegido.
Pocas explicaciones
Así, con más dudas que explicaciones, este grupo de personas
decidió volver al Palacio Autonómico para esperar a que
terminara la rueda de prensa y saber qué va a ser de su
futuro. Mientras García comparecía, ellos esperaban en el
hall del edificio. Una vez terminada la rueda de prensa y al
ver salir a los periodistas, estas personas preguntaban cuál
había sido la decisión de la Comisión de la Vivienda y al
contrastar que las casas serán sorteadas, la indignación se
apoderó de ellos. En ese momento, comenzaron a exigir que el
consejero diera la cara, pero sus petición no tuvo
respuesta. Estas personas denunciaron ser “ignoradas” por el
Ejecutivo, pero no están dispuestas a rendirse y aseguraron
que acudirán a los juzgados para hacer valer la lista sobre
la que se redactaron los contratos. Su objetivo es paralizar
el proceso de adjudicación, que entienden injusto porque,
defienden, cumplen con los criterios establecidos por la
Comisión de Vivienda anterior.
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