Algo más de quinientas personas se dieron cita ayer en la
confluencia de la Avenida de Africa y la calle Enrique el
Navegante, justo en la esquina de la puerta del Instituto
Siete Colinas, donde cursaba sus estudios, para dar un
homenaje póstumo de todos sus compañeros a Munir El Mogarbi,
un joven estudiante ceutí que apasionado del fútbol y
respetuoso con todos, según explicó su padre, que falleció
el pasado jueves como consecuencia de los disparos
realizador por dos desconocidos a las puerta de su casa,
como explicó su madre al término de la manifestación
Las escenas de dolor y de indignación dominaban el ambiente,
sobre todo cuando hasta el lugar llegaba una manifestación
que había partido desde la barriada del Príncipe y que sobre
las seis y media de la tarde llegaba hasta el punto de
encuentro establecido.
A la cabeza de la misma, junto a familiares, hijos y amigos,
la madre del fallecido, portando una pancarta en la que se
pedía justicia para el joven.
Tras la cabecera, otra pancarta dejaba claro el cariño que
todas las personas del barrio sentían por este joven de 20.
En el cartel se leía Te queremos Munir, nunca te
olvidaremos.
Las caras de los asistentes, tanto los que esperaban a las
puertas del centro, como los que venían en la manifestación
hablaban por sí solas. Todas mostraban la indignación y la
repulsa que la acción criminal que acabó con la vida de
Munir, cuando apenas empezaba a disfrutarla, cuando
comenzaba a hacer planes de futuro comprometiéndose y cuando
estudiaba y luchaba por tener una profesión para el futuro.
La manifestación se paró una rato a la altura de la mezquita
de Muley El Mehdi, para, de seguida, ira aproximándose
lentamente hasta el lugar en el que se leyó la carta escrita
por un compañero.
Desconsuelo y rabia
Pero quedaba patente el ambiente el desconsuelo y la rabia
de todos los asistentes, que uniendo sus voces gritaban al
unísono “Munir inocente ¿Quien será el siguiente?” o la de
“queremos justicia para Munir”, al igual que la de “Munir
somos todos”.
Lentamente pero con paso firme, los manifestantes iban
alcanzando el punto establecido y cuando llegaron hasta el
lugar fueron recibidos con una importante ovación por parte
de todas las personas que allí les esperaban. La emoción se
dibujaba en los rostros y las proclamas volvían a sonar,
convirtiendo más de quinientas gargantas en una sola voz
pidiendo justicia y proclamando a los cuatro vientos la
inocencia de Munir.
El tutor del joven Munir, Alfonso Pérez, fue el encargado de
leer la carta que un compañero del fallecido ha escrito, que
no pudieron hacer los alumnos del centro “porque están muy
afectados”, haciéndolo el docente en su nombre. Se trataba
de una carta manuscrita de despedida que el profesor se
había encargado de mecanografiar para poder leerla y cuyo
original fue entregada a la madre del joven.
El texto del escrito que fue leído decía: Hoy estamos aquí
para concienciar el fallecimiento de un joven inocente,
caído en manos indecentes de peligrosos sueltos por la
ciudad y todos tan tranquilamente y sin poder hacer nada.
Nos hemos reunido porque estamos viviendo unos hechos en
nuestra ciudad de los cuales nadie está a favor de tales, de
los cuales los ciudadanos de esta ciudad estamos
avergonzados, aterrorizados e indignados y últimamente están
sucediendo con mucha repetición. Estamos cansados de esta
situación, porque nadie hace nada, porque todos los hemos
permitido y la respuesta conlleva, como todos sabemos, al
miedo por falta de seguridad. Porque nadie puede hablar,
porque no hay seguridad en las calles de esta ciudad, porque
esta vez le tocó a este pobre muchacho, pero mañana puede
ser tu hijo, tu hermano o tu primo. La emoción y la dureza
de las expresiones llegaba al corazón de todos los
asistentes,
Es increíble que una ciudad tan pequeña esté tan poco
controlada; que haya tanta delincuencia suelta alrededor
nuestra, de gente humilde que nada tiene que ver con esto y
que tenga que presenciar estos actos.
Esta ciudad lo que necesita es el apoyo en masa y por eso
estamos aquí, para dar a conocer que todos estamos dolidos e
indignados y en contra de lo sucedido.
Matar a inocentes
Porque ya no es un ajuste de cuentas, es matar a gente
inocente. Desde este lugar y en nombre de todos los
profesores, alumnos y compañeros de clase, queremos dar en
primer lugar nuestras condolencias a la familia del inocente
afectado El Mogarbi; queremos decirte que siempre tendremos
el recuerdo de tu cordial compañía y amistad en nuestros
corazones, porque cuando un amigo se va, algo se muere en el
alma, dijo. Pero queremos recordar por última vez, en voz
alta, tus recuerdos para llevarlos juntos a aquellas charlas
de fútbol. Que el Betis no bajará y el mercado de trabajo.
Siempre nos quedará en el recuerdo esos momentos largos que
se hacían cortos. Con estas palabras queremos mostrar
nuestro apoyo a la familia El Mogarbi y despedirte de la
manera que te mereces; mostrándote grande. Siempre te
llevaremos en nuestro corazón hermano, que Dios te tenga en
su gloria.
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