La situación económica que sufrimos ha llevado a las
entidades financieras a adoptar nuevas formas de tratamiento
con sus clientes “de toda la vida” y para evitar el colapso
económico, ofrecen fórmulas de refinanciación de la deuda,
ampliando plazos de amortización y reduciendo los pagos
mensuales a cantidades más asequibles al momento económico
que vivimos.
Se producen en el ámbito del crédito hipotecario la
novación, es decir, modificación de las condiciones del
préstamo para facilitar al cliente su situación económica.
La desaparición de la cláusula suelo en las hipotecas, ha
supuesto algún alivio para los hipotecados, aunque al no
tener efectos retroactivos, los bancos y cajas, siempre
salen ganando en una medida que los Tribunales han
considerado injusta y abusiva.
Si las entidades financieras no hubieras adoptado medidas de
refinanciación, su mercado inmobiliario se habría visto
colapsado y, muchos de sus clientes, con trabajo fijo pero
acuciados por la crisis económica, habrían perdido sus
casas.
Las entidades de crédito no han querido perder clientes ni
cargarse de viviendas y han optado, por ello, por
refinanciar deudas y arbitrar fórmulas que viabilicen el
pago de sus créditos sin asfixiar al cliente.
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