El decano de la prensa local, El Faro de Ceuta y su editor,
Rafa Montero, falsean la documentación pública con un
desparpajo y, hasta ahora, con bastante impunidad.
Recurriendo a documentación aportada por ellos mismos,
recientemente, se mostraban con gran altanería presumiendo
de ventas y titulando que en el último baremo autonómico del
Centro de Investigaciones Sociológicas tenían un 20% más de
lectores que hace tres años, cuando se hizo el último
muestreo del CIS. Sin embargo, en diciembre de 2011, la
empresa editora de El Faro de Ceuta, entrega en el
departamento de Trabajo e Inmigración de Delegación del
Gobierno, dependiente de la Inspección Provincial de
Trabajo, una documentación referida a una memoria
explicativa para justificar el expediente de Regulación
de Empleo (ERE), actualmente en vía judicial, para
prescindir de diez trabajadores, donde argumenta que cuenta
con 37 trabajadores en plantilla y que “la evolución
económica de la empresa no es ajena a la evolución económica
en general del país”, alude a la recesión existente y
justifica el ERE, porque “habiendo visto mermada de manera
significativo su crecimiento empresarial”, se ve obligada la
empresa a esta medida, aportando datos de pérdidas de
61.032,93 euros en 2010, de 22.502,51 euros en 2009 y de
134.492,02 euros en 2011.
Por otra aprte, la empresa editora de El Faro de Ceuta, en
la documentación del ERE presentado, también plantea que
“durante los tres últimos ejercicios la tendencia en los
ingresos han registrado una tendencia negativa” y para
ello, destacan la “significativa reducción de la
facturación en las partidas de publicidad, de ventas de
periódicos y de suscripciones”.
¿En qué quedamos? ¿Se han aumentado los lectores un 20% en
los últimos tres años o hay pérdidas por bajar las ventas de
periódicos y de suscripciones? Las dos cosas, no son
compatibles. No puede bajar la venta de periódicos para
recurrir al ERE y, a la vez, aumentar, para que el CIS
asegure que El Faro crece como la espuma. La falsedad en uno
u otro dato es más que sensible. No se puede entender que se
gane y se pierda a la vez. O se gana, o se pierde. ¿Se dan
cuenta que estamos ante una farsa más con documentos de por
medio? ¿Es esto delito o una simple frivolidad? ¿A quién
hacemos casos: a la documentación oficial que la empresa
editora de El Faro de Ceuta presenta a una institución
pública o a los datos de otro organismo público? ¿Quién
falsea la realidad: El Faro o el CIS? ¿O ambos?
Hay datos que son incompatibles y que, en uno u otro caso,
no responden a la realidad. Claro que, en la empresa editora
de El Faro de Ceuta, ya parecen muy acostumbrados a falsear
información, porque ya irán saliendo en los próximos días
otros documentos en los que se compaginan datos, igualmente
fraudulentos en organismos oficiales y que pudieran tener
algún tipo de responsabilidad penal, como motivo del
contrato de publicidad Institucional que está en proceso de
adjudicación y certificaciones oficiales de la Oficina de
Justificación de la Difusión (OJD).
No se puede falsear todo con tanta impunidad. Los documentos
oficiales han de tener la fiabilidad del rigor y la
veracidad y la empresa editora de El Faro de Ceuta se mofa
de la legalidad creyendo que tiene la complicidad de alguien
que esté en el poder para forma una trama de ilegalidades,
que dejen la normativa vigente hecha trizas y saltarse la
ley a su manera.
Cuidado con quienes participen en esta ceremonia de la
confusión y la ilegalidad; podrían verse salpicados con
tanta irregularidad documental. En este caso, “el fin no
justifica los medios”, al menos, con la ley en la mano. Ya
saben que la falsedad en documento público está tipificada
en nuestro ordenamiento jurídico. Ojo con estas prácticas
fraudulentas y con quienes participen en las mismas. No
vengamos luego con monsergas y excusas estúpidas. Que cada
palo aguante su vela porque, a veces, las complicidades
pueden salir muy caras y pasar facturas importantes.
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