Antes de finalizar su discurso, centrado en cuestiones
presupuestarias, el presidente de la Ciudad se “permitió”
hacer “una breve incursión por el campo de lo intangible”
haciendo uso de una popular canción con la intención de
transmitir su “ilusión” y esperanza”. En estos momentos de
tanta dificultad, “no vende bien el optimismo”, afirmó, para
agregar que sin embargo él apela “a la confianza, la ilusión
y la voluntad de salir adelante”.
En cuanto a la “mal llamada clase política”, que pasa “por
uno de sus peores momentos en el aprecio de los ciudadanos”,
quiso “romper una lanza a favor de los miles y miles de
servidores públicos que ejercen su función de manera leal,
honesta y honrada en todos los ámbitos de la gestión
pública, y de todas las ideologías”. En una no explícita
referencia al “escrache”, afirmó que es necesario “avanzar
en la mejora de los canales de participación política, pero
siempre al amparo de la ley y respetando la soberanía
popular manifestada a través del voto”, afirmó también.
El presidente subrayó, en este discurso positivo, “la
necesidad de cultivar el afán de superación, la voluntad de
acuerdo y de encuentro, y el espíritu de concordia”. Para
terminar, se dirigió “a todos los ciudadanos de Ceuta” para
decir que tiene “la ilusión del primer día” y que, “como
dice la canción”, quiere pintarse la cara “de color
esperanza”.
|