El Ministerio Fiscal, en su exposición final de conclusiones
previa a la deliberación del jurado popular en torno a la
muerte de Francisco José Forés Pecino a manos de su hijastro
Ángel José P.C., destacó varias claves a la luz de las
cuales habría que considerar el caso como un asesinato y no
un homicidio. Explicó las circunstancias anteriores, durante
y después del crimen, insistiendo en que no hubo intento de
amenazar, sino de matar. “La tarde anterior no le dijo a su
amigo que iba a amenazar a su padrastro, sino que le iba a
matar. Usó el arma, no la enseñó, sino que la utilizó y la
cuchillada fue en una zona rodeada de órganos vitales”.
“Utilizó una fuerza brutal, fue un ataque feroz”, explicó el
fiscal jefe José Luis Puerta.
“¿Y qué hizo después del crimen? Se fugó porque quería que
muriera. Se encontró con su amigo Santiago y le dijo: ya lo
he matado...”, manifestó el representante del Ministerio
Fiscal.
También destacó el responsable de la Fiscalía en que la
víctima no tuvo ocasión de defenderse, como se ha probado
incluso por medios técnicos forenses. Llegó a comparar tal
tipo de proceder delictivo con la forma de matar de los
terroristas de ETA, mediante el tiro en la nuca sin dar a la
víctima posibilidad alguna de poder defenderse de un ataque
mortal de necesidad.
“Incluso en su declaración en el juzgado puso de manifiesto
que si encendía la luz, su padrastro se podía despertar y
podría llegar a pelearse con él”, manifestó. “Fue un ataque
sorpresivo, por la noche y a oscuras. Léan -invitó a los
componentes del jurado popular- su declaración ante el juez
de instrucción. Dijo que su padrastro no pudo defenderse,
que entró a rastras en la habitación porque no quería que se
enterara”.
Además, citó testimonios de los expertos para indicar que no
tenía perturbadas sus facultades intelectivas y volitivas.
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