Maratoniana sesión del tribunal de la Sección VI de la
Audiencia Provincial para dejar visto para sentencia el
juicio contra un capitán de la Guardia Civil denunciado por
un subordinado suyo, hoy ex agente del Cuerpo, por supuestos
delitos contra la integridad moral, y denuncia y acusación
falsas. El fiscal pide 15 meses de cárcel, mientras que la
acusación particular pide un total de 5 años y 7 meses e
indemnización de 300.000 euros.
El tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de
Cádiz en Ceuta dejó ayer visto para sentencia el juicio
contra un capitán de la Guardia Civil en activo, F.L.G.N., a
quien se le acusa de un delito contra la integridad moral,
así como acusación y denuncias falsas a un subordinado suyo,
hoy ex agente de la instituto armado.
En sus conclusiones definitivas, el Ministerio Fiscal, que
apreció antagonismo y ánimo vengativo por parte del acusado,
pidió 15 meses de cárcel por estimar sólo la comisión de un
delito contra la integridad moral, mientras que la acusación
particular -ejercida por el propio ex guardia civil, ya que
es letrado- reclamó penas que suman 5 años y 7 meses de
cárcel, así como una indemnización de 300.000 euros.
Por su parte, la defensa reclamó la libre absolución de su
patrocinado, con todos los pronunciamientos favorables.
El juicio tuvo tintes “a lo Garzón”, dado que tanto el
acusado como el acusador, el ex guardia civil J.M.G.L., son
letrados, por lo que se sentaron, togados, en sus
respectivas posiciones en la Sala, despojándose de la toga
en los momentos en que tuvieron que declarar.
Los hechos se remontan a abril de 2001 y se enmarcan en una
época convulsa en el seno de la Comandancia de la Guardia
Civil de Ceuta. En efecto, en poco intervalo de tiempo se
habían producido dos suicidios -un hombre y una mujer
embarazada- en los calabozos del cuartel. Más cercano en el
tiempo al inicio de los hechos juzgados ayer se producía
también la desaparición de un subsahariano detenido. El
entonces guardia civil, que se encontraba destinado en los
calabozos y el ahora capitán era alférez y su inmediato
superior, informó por vía interna, que el entonces alférez
había pedido el libro de registro de incidencias en los
calabozos para hacer una fotocopia del mismo. El día 14 de
abril era detenido un drogodependiente, A.M., que sufrió al
parecer heridas de escasa consideración tras caerse al
resistirse a una detención que practicó el guardia civil
J.M.G.L. junto con otro compañero. En el parte de lesiones
se indicaba que había sufrido una contusión en la frente y
un pequeño corte tras la oreja izquierda, heridas
compatibles con dicha detención.
Sin embargo, con posterioridad a la información que el
guardia civil trasladó a sus superiores en torno a la
fotocopia realizada por el alférez del libro de incidencias,
el propio oficial se presentaba en el Juzgado de Instrucción
número 1 de Ceuta para denunciar un delito de torturas al
citado drogodependiente por parte del guardia civil que
estaba bajo su mando.
Comienza entonces un largo peregrinar judicial -nueve años-
por jiuzgados militares, Tribunal Supremo, Tribunal
Constitucional, además de juzgados de instrucción que
culminaron ayer con la vista en la Sección VI de la
Audiencia Provincial, cuyo tribunal estuvo presidido por el
magistrado Fernando Tesón, y conformado por los magistrados
Jesús Carlos Bastardés y Emilio José Martín. El acusado negó
en todo momento haber estado motivado por afán de venganza y
declaró que había cumplido con su deber al interponer la
denuncia. Se negó a responder a la mayoría de las preguntas
de la acusación.
Como testigos figuraron el periodista T.P.F., quien comunicó
al entonces alférez que un guardia civil le había indicado
que el detenido había sido agredido en la Comandancia. Se
acogió al secreto profesional para no desvelar el nombre de
su fuente.
Igualmente prestó testimonio en calidad pericial el médico
forense J.S.A.B., quien describió el perfil psiquiátrico del
ex guardia civil, destacando rasgos paranoides en el mismo.
|
El fiscal cree que el acusado se prevalió y abusó de su
cargo
El Ministerio Público, en sus
conclusiones, indicó que en los expedientes que se fueron
conformando se señalaba como causa fundamental de la
denuncia por torturas del alférez al guardia “el ánimo
vengativo”, fruto de las “malas relaciones entre ambos”.
Indicó que un delito contra la integridad moral cuenta con
“mayor fertilidad” en el ámbito del instituto armado, ya que
las relaciones entre mandos y subordinados son “duras,
marcadas por la obediencia y la disciplina”. Según la
Fiscalía, el acusado llegó a prevalerse del cargo y abusó
del mismo, por lo que entiende y llega a la conclusión de
que existía “antagonismo” y “ánimo vengativo” en el proceder
del alférez F.L.G.N., a la hora de denunciar ante el Juzgado
de Instrucción número 1 un supuesto delito de torturas al
drogodependiente A.M., acusando de ello al ex guardia civil
J.M.G.L.
|