A la vulnerabilidad social de la población reclusa se une
otra forma de debilidad de nefastas consecuencias para su
integridad física y su salud: la prevalencia de las
toxicomanías, las enfermedades infecciosas y las patologías
psiquiátricas. El 23,3% de los reclusos de Los Rosales
tienen problemas severos de drogodependencia, un 6% padece
hepatitis C, un 1,3% el virus del sida y un 5% patologías
duales. Unas cifras que, aun invitando a la reflexión
ciudadana, sin significativamente menores a las que reflejan
las estadísticas nacionales de la Dirección General de
Instituciones Penitenciarias.
El 80 por ciento de la población penitenciaria española no
tiene estudios o sólo los primarios. Casi el 40 por ciento
estaba en paro antes de entrar en prisión y en muchos casos
sus ingresos proceden de la economía sumergida. Son algunos
de los indicadores que expresan su vulnerabilidad social,
una vulnerabilidad que se acentúa al cumplir condena porque
en la cárcel se concentra la mayor tasa de enfermedades
infecciosas.
La alta prevalencia de enfermedades infecciosas graves y
patologías psiquiátricas es inextricable de la incidencia
del consumo de drogas entre la población reclusa. Sin
embargo, la prisión de Los Rosales, con 300 internos de un
perfil delictivo bajo, pues la mayoría son marroquíes
condenados por tráfico de hachís, es en cierto modo
afortunada, porque los patrones epidemiológicos de esta
prisión reflejan una tasa significativamente menor de
incidencia de todos estos problemas sanitarios, según
explica el doctor Ahmadieh Jurdi, del cuerpo facultativo de
Instituciones Penitenciarias.
Según los datos que maneja la misma, el 70 por ciento de los
reclusos españoles tiene o ha tenido problemas con la droga.
En Los Rosales hay setenta reclusos con problemas de
toxicomanía, veinte en tratamiento de mantenimiento con
metadona. Es decir, que la prevalencia de la
drogodependencia no supera el 23,3% del total de la prisión.
El porcentaje se reduce aún más cuando lo que se analizan
son enfermedades asociadas al consumo de droga por vía
parenteral: el 30 por ciento de los reclusos españoles
padece hepatitis C y el 10 por ciento el virus del sida. En
Ceuta este porcentaje baja al 6 y el 1,3 por ciento,
respectivamente.
No ocurre lo mismo con la patología dual. En España el 8 por
ciento de los reclusos padece enfermedades mentales
asociadas al consumo de drogas y hasta un 40 sufre trastorno
mental y de personalidad. Uno de cada cuatro presos tiene en
su historia clínica algún diagnóstico de enfermedad
psiquiátrica. En Los Rosales en el último semestre la
incidencia de la patología dual era del 5 por ciento, sólo
tres puntos inferior a la media nacional, aunque hasta el 10
por ciento padece algún trastorno mental. Actualmente hay
siete pacientes cono patología dual, esquizofrenia y hasta
síndrome de Asperger.
La prisión cuenta con cuatro internos de apoyo para la
prevención de suicidios, pero entre su cuerpo facultativo no
se encuentran ningún psiquiatra por lo que, como en otras
especialidades, deben ser remitidos al Ingesa. La cárcel
registra cuatro salidas diarias a todo tipo de
especialistas. Los médicos de prisión también reciben alguna
formación en psiquiatría, pero no hay que olvidar que en
España sólo existen dos hospitales psiquiatrico-penitenciarios
en Alicante y Sevilla.
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El estudio médico de cada nuevo interno se prolonga durante
un mínimo de veinte días
El control sanitario de los
enfermos se realiza nada más entrar: análisis de sangre,
vacunación, detección de drogodependencias para dispensarle
mantenimiento con metadona en colaboración cono el CPD. El
estudio de la salud del nuevo interno se prolonga durante
veinte días, con pruebas de marcadores de hepatitis, sífilis
y sida y mantoux para determinar si padece tuberculosis. Si
es así, se le aisla en enfermería. También se procura que
los reclusos de mayor edad estén en las celdas más
adecuadas. Ahora se quiere poner en marcha un módulo de
respeto. Además, la prisión desarrolla programas
individualizados de rehabilitación para cada paciente que
consume droga de bajo umbral o padece trastornos de la
personalidad. El servicio médico de Los Rosales está
compuesto por tres médicos titulares especialistas en
medicina de familia y del deporte, cuatro ATS y dos
auxiliares. El jefe del servicio es Javier García Corona. El
Área de Tratamiento dispone además de dos psicólogas. Hay
una consulta médica y otra de enfermería.
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