El joyero Carlos Chocrón Chocrón, afectado por una parada
cardiorespiratoria, permanecía al cierre de esta edición,
pasada la media noche de ayer, ingresado en la Unidad de
Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario de
Ceuta, intubado y asistido con respiración artificial. El
Ingesa se mostró cauto sobre la posible evolución del
enfermo y se limitó a añadir que su pronóstico era
reservado.
El joyero Carlos Chocrón Chocrón permanecía en la media
noche de ayer, al cierre de esta edición, ingresado en la
Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), intubado y con
respiración artificial, después de la parada
cardiorespiratoria que lo sorprendió apenas hubo pronunciado
su discurso de agradecimiento por la medalla de la autonomía
concedida en el día de la Ciudad de Ceuta.
Los esfuerzos por reanimarlo habían sido exhaustivos desde
que se desvaneció sobre el piso del escenario donde se
celebraba la ceremonia de entrega de las medallas. En el
recinto de las Murallas Reales ya se encontraba una dotación
de Cruz Roja y además había cinco médicos entre el
auditorio. Uno de ellos el prestigioso cardiólogo del
Hospital Carlos III de Madrid Jesús del Real, que ya había
recibido la misma distinción durante la edición 2009 del día
de la autonomía ceutí.
Los servicios sanitarios se movieron con rapidez. Tras la
dotación de Cruz Roja, hizo acto de presencia en el recinto
primero una ambulancia de Soporte Vital Básico y luego la
Unidad Médica de Emergencia (UME). Los masajes cardiacos
fueron abundantes y también se utilizó el desfibrilador para
intentar reanimar al paciente.
Más de veinte minutos emplearon los servicios de emergencias
sanitarias en devolver cierta estabilidad a la salud del
joyero para poder subirlo a la ambulancia y trasladarlo al
Hospital Universitario.
Los médicos que lo estaban atendiendo prefirieron anoche
mostrarse cautos sobre la evolución que podría experimentar
el enfermo en las horas siguientes. “Su pronóstico es
reservado”, se limitaron a señalar las fuentes consultadas
del Instituto Sanitario.
La importante dotación de personal sanitario que se
encontraba en el recinto de las Murallas Reales en el
momento en que se desvaneció el conocido empresario ceutí
resultó seguramente clave para la atención inmediata que
recibió y para que el inesperado incidente no hubiera tenido
un peor desenlace.
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