Abordar la enseñanza del español como segunda lengua pasa
por instruir “de forma práctica, mediante tareas,
potenciando la oralidad, realizando actividades relacionadas
con la vida real, poniendo más énfasis en lo que se dice que
en cómo se dice...”. Sin embargo, la sola mención de la
posibilidad de la metodología de la enseñanza del español
como nueva o segunda lengua en Ceuta generó una respuesta
del profesorado más reaccionario de proporciones
insospechadas. Ahora el ME apuesta por ella.
La Orden del Ministerio de Educación por la que se regula la
ordenación de la educación del alumnado con necesidad de
apoyo educativo y se regulan los servicios de orientación
educativa en las ciudades de Ceuta y Melilla que acaba de
ser publicada en el Boletín Oficial del Estado, un texto en
el que la Administración General del Estado lleva trabajando
más de un año, establece que “el alumnado cuya lengua
materna no sea la lengua castellana” y que presente
carencias en el uso de este idioma “recibirá una atención
educativa específica que le permita adquirir la competencia
lingüística necesaria que precise para su desarrollo
personal, el desenvolvimiento social y la participación
normalizada en el aprendizaje con su grupo de referencia”.
“Esta atención se prolongará durante el periodo de tiempo
que sea necesario y se realizará de acuerdo con la
metodología propia del aprendizaje y la enseñanza de una
segunda lengua”, reza literalmente la Orden, que aboga así
por la introducción formal de un método docente alrededor
del cual el Centro de Profesores y Recursos (CPR) organizó
hace dos años un congreso que fue saludado con anónimos
amenazantes y recogidas de firmas por el sector más
reaccionario del profesorado ceutí.
No se trata de ningún invento porque, según explicaron ayer
fuentes educativas, en varios centros escolares ceutíes ya
existen profesores que, debido a su práctica diaria y a la
detección de las necesidades “reales” de su alumnado, han
puesto en marcha una metodología de enseñanza-aprendizaje de
español como segunda lengua. “Para ellos esta Orden no
vendrá más que a corroborar su práctica docente diaria”,
indicaron.
En el CEIP “Reina Sofía”, por ejemplo, se está llevando a
cabo un Proyecto de Formación en Centro titulado ‘Hablar,
leer y escribir para la vida real’ basado en la enseñanza
mediante tareas y en un enfoque de enseñanza del español
como segunda lengua que está recogido en el Libro Blanco de
la Educación Intercultural de FETE-UGT con la firma de la
doctora en Filología y asesora del CPR Verónica Rivera.
La Orden ministerial establece también que “el profesorado
desarrollará estrategias de organización de la actividad en
el aula y recursos metodológicos que favorezcan que el
alumnado adquiera las competencias básicas y los contenidos
del currículo, teniendo en cuenta que su lengua materna es
diferente a la lengua vehicular del proceso de enseñanza”.
“El hecho de que el Ministerio por vez primera considere la
atención a la diversidad lingüística como un eje más de su
política de equidad y calidad educativas es un hecho
destacable, esperado y lógico, dadas las especiales
circunstancias de nuestro entorno”, valoró Rivera, quien
entiende que “con ello se atiende a una gran proporción de
nuestro alumnado de manera equitativa y no igualitaria, como
hasta ahora”.
Equitativa, no igualitaria
“Si queremos conseguir la igualdad de oportunidades efectiva
para toda la ciudadanía, que nuestros hijos tengan las
mismas posibilidades de acceso al mundo laboral y de
promoción social, debemos actuar equitativamente, es decir,
ofreciendo a cada alumno o alumna lo que necesita para
alcanzar sus metas y no ofreciendo a todos lo mismo, como
hasta ahora”, razonó la experta.
La metodología de la instrucción en un idioma como la
segunda lengua del educando es la que se utiliza en la
enseñanza de idiomas y “la que mejores resultados está dando
en aquellas personas que por primera vez se enfrentan de
manera académica a una lengua determinada”.
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