La mujer cristiana debería jugar un papel mucho más
protagonista. Esta fue la tesis defendida por María José
Rosillo Torralva en su ponencia sobre ‘Teologías Feministas
Cristianas: exclusión institucional vs. espiritualidad
integradora.
Según Rosillo, se debería descubrir desde los libros
sagrados cuál era la perspectiva y el papel que jugaba la
mujer, “no el que nos han vendido”, entendiendo que la
Biblia “no es machista” sino la interpretación que a lo
largo de la historia se le ha dado ya que “ha habido mujeres
que han ejercido tareas de obispado y similares a las de los
patriarcas y son los testimonios que nunca nos cuentan”.
Siguiendo la doctrina de grandes nombres de la Teologías, la
ponente abogó por esta ciencia unida la espiritualidad e
implicando la acción, la denuncia social, la crítica y “otro
tipo de activismos que resulta molesta”, apuntó.
La mujer feminista cristiana, según Rosillo, reivindica que
“la sigan considerando copartícipe del mensaje de
Jesucristo, al mismo nivel de igualdad que nuestros
compañeros. No queremos manchar el nombre de feminismo con
el diálogo que nos están vendiendo de que nosotras somos
superiores y dan el aspecto negativo a este término”.
Con respecto a la educación, la experta opinó que la
igualdad no es “real” ya que los estereotipos “los
trasmitimos inconscientemente porque no se ahonda en la
coeducación. Y los niños cristianos aprenden que las mujeres
están mejor calladas porque nos lo dicen las cartas de San
Pablo; un mensaje subliminal que es muy difícil erradicar”,
concretó.
Para finalizar su intervención, María José Rosillo insistió
en que la lucha consiste en “dejar de seguir
las pautas del sacerdote u obispo” y asumir las mismas
competencias ya que “no podemos justificar el no derecho al
sacerdocio, por derecho natural”.
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