El día de la Mochila se celebra coincidiendo con la
festividad de Todos los Santos, una festividad que se
respeta en la mayoría de países católicos, puesto que la
Iglesia ortodoxa celebra en su lugar el primer domingo
después de Pentecostés. Se cree que esta fecha comenzó a
festejarse como respuesta a la celebración pagana del Samain,
que se llevaba a cabo el 31 de octubre y es lo que hoy en
día ha derivado en Halloween. El nombre de Halloween
proviene de la frase “All hallow’s Eve” o “Víspera de Todos
los Santos” entre los anglosajones, que marcaba el final del
año celta. En esta fecha se celebraba entre los antiguos, la
apertura dimensional entre el mundo tangible y el mundo de
las tinieblas.
Pero volviendo a Ceuta, la particular celebración del día de
Todos los Santos como el Día de la Mochila, tiene un origen
muy sencillo y espontáneo, que deriva directamente de la
visita de los familiares al cementerio en esta fecha.
Hasta finales del siglo XVIII, los cementerios en España
solían estar en el interior de los poblados, pero llegada
esta época se decidió trasladarlos a las afueras.
Así, los ciudadanos solían acudir al cementerio normalmente
andando, y como la distancia era larga al final pasaban el
día, entre la ida y la vuelta. Previsoras ante la larga
jornada, las familias solían llevar consigo el almuerzo, que
incluía normalmente frutos secos, típicos de esta época del
año.
El cementerio de Ceuta se trasladó a Santa Catalina a
principios del siglo XIX, y por tanto la distancia para
visitarlo obligaba a una pequeña excursión a la que acudía
toda la familia. Ya a finales de este siglo fue cuando el 1
de noviembre comenzó a tomar una dimensión más festiva, tal
y como se le conoce hoy en Ceuta.
Los Exploradores de España
Uno de los factores que contribuyeron en gran medida a
constituir el carácter festivo del Día de la Mochila, fue el
auge de agrupaciones como los ‘Exploradores de España’, que
nacieron a principios del siglo XX, pocos años después del
surgimiento de los Boy Scouts en Gran Bretaña. Los
exploradores hacían excursiones al campo y de ahí nacen las
canciones y toda la parafernalia que se asocia ahora a la
festividad, son canciones más bien escolares que se
entonaban al ir al monte.
Aquellos excursionistas tuvieron mucha repercusión en Ceuta,
los niños recibían su uniforme, solían marchar con una banda
de música y recibían incluso instrucción paramilitar, con lo
que la imagen de la fiesta recibió un gran empuje.
Como explica el cronista de la ciudad, José Luis Gómez
Barceló, las excursiones siempre han sido de gran
importancia para los ciudadanos de Ceuta por el carácter
aislado y cerrado de la ciudad. “Hay que tener en cuenta el
tamaño reducido de la ciudad, y la situación amurallada,
cerrada en que se encontraba. Hasta principios del siglo XX
el acceso al Monte Hacho estaba vedado, y por tanto
cualquier excursión en estos términos se convertía en una
aventura importante”, dice.
Los colegios empezaban también en aquella época a llevar a
los niños al campo, con lo que surgió un gran movimiento,
entre exploradores y centros educativos, que promovía el
contacto con la naturaleza.
Lo normal en aquellos tiempos era llevarse una mochila
pequeña, para poder llevar lo necesario para el almuerzo e
ir caminando. Más adelante se empezó a acampar durante la
noche previa e incluso acudir con los coches, montando
improvisados merenderos en las zonas exteriores de la
ciudad.
Otras costumbres
A finales del mes de octubre y principios de noviembre, se
realiza tradicionalmente la cosecha de la castaña, de ahí
que sea típico degustar frutos secos en el Día de la
Mochila; es una cuestión estacional, puesto que el otoño es
la época en que se comen estos frutos. En toda España hay
multud de festividades relacionadas con los frutos secos en
estas fechas.
El 31 de octubre se celebran en Cádiz los ‘Tosantos’, fiesta
en la que se disfraza a los conejos, cochinillos y gallinas,
además de hacer también muñecos con frutas, verduras y
frutos secos que reflejan de modo crítico y humorístico la
realidad social del año.
En el caso de Extremadura, se llama ‘Chaquetía’ o
‘Chiquitía’ a la tradicional merienda al aire libre que los
niños realizan en el campo el 1 de noviembre, y en ella se
consumen frutas del tiempo como higos pasos, castañas,
nueces, bellotas, granadas, membrillos y también ciertas
tortas típicas, bollos, y panes especiales. En el norte de
Extremadura esta festividad recibe también los nombres de ‘chiquitía’,
‘calvochá’ o ‘magosto’. Curiosamente en Galicia, el Magosto
es una fiesta tradicional que se celebra en noviembre cuyos
protagonistas son las castañas y el fuego.
Fiestas hermanas son el ‘Magestu’ asturiano y la
‘Castanyada’ en Cataluña, además del ‘Gaztañarre’ celebrado
en el País Vasco, que consiste en cenar castañas con
caracoles el segundo lunes a partir del primero de
noviembre.
La celebración del Día de la Mochila por tanto, es una
tradición típicamente ceutí, pero existen muchas fiestas en
otras localidades de España que se asemejan de alguna forma
u otra . Y no solo en España, en la isla portuguesa de ‘Isla
Terceira’ situada cerca de las Azores, se celebra un evento
muy similar, denominado ‘día del saquito’, en el cual los
lugareños acuden al cementerio a pasar el día, con su
almuerzo bajo el brazo.
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