La organización hace un balance muy positivo de las
cuestiones planteadas en las jornadas y las soluciones
expuestas a los problemas de aplicación de la Ley, apuntando
también como conclusión evidente del encuentro la necesidad
de reformar y depurar los defectos que ha presentado la
nueva normativa sobre violencia de género en sus
prácticamente cinco años de funcionamiento.
El magistrado y uno de los directores del curso, Francisco
M. Gutiérrez, defendió la actualidad de las cuestiones
tratadas en las jornadas, a las que se han intentado dar
soluciones.
Entre las más importantes se encuentra el porqué la víctima
se acoge a su derecho de no seguir adelante con el
procedimiento y no declarar contra su agresor. “Se han
escuchado varias ponencias sobre esta materia para apuntar
la necesidad de que se reforme el estatuto integral de la
víctima. Que haya un verdadero estatuto que proteja y que
determine cuáles son las razones que llevan a la víctima a
llegar a este tipo de conclusión”, apuntó.
Otro aspecto igualmente relevante en las jornadas son las
relaciones de afectividad, para distinguir la violencia de
género de lo que es una disputa familiar, un acto episódico
dentro del matrimonio o de la pareja de hecho. “Incluso se
ha llegado a plantear la necesidad de reformar aquel
artículo de la Ley Orgánica del Poder Judicial que incluye
dentro de la competencia de los Juzgados de Violencia los
supuestos de relación de afectividad análogas al
matrimonio”, prosiguió.
Hay un gran debate sobre si deben incluir también los
novios, las relaciones adúlteras, las parejas de hecho,
hasta qué límite, con qué duración de la relación...
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