Susana Pérez Torres es quizás la menos conocida de todos los
galardonados en la jornada de ayer, jornada en la cual se
celebró el Día de la Autonomía.
El consejero de Presidencia, Jose Luis Morales expuso los
motivos por los cuales se le hizo entrega a la sargento
Pérez de la Medalla de la Ciudad. Susana, una “mujer
admirada, admirable, valiente y militar intachable que supo
anteponer su deber al dolor por la pérdida de su marido, el
sargento Joda, muerto en acto de servicio en Afganistán
junto a otros militares” recogió la medalla por “representar
un símbolo que aglutina los más nobles estudios militares y
los más altos valores constitucionales”.
La felicitación del consejero de Presidencia y el fuerte
aplauso del público asistente dio paso al discurso de la
sargento, en “un día que recordaré siempre como el día en
que la ciudad que me vio nacer se fijó en mi con motivo de
la entrega de la medalla de la Ciudad Autónoma. Los
acontecimientos que me sitúan aquí en un día como éste no
pertenecen precisamente a la mejor etapa de mi vida, de
hecho constituyen la peor.”
La sargento recibe la medalla con satisfacción debido a que
“un año después, veo como una serie de personas ajenas a mi
entorno y en representación de un ayuntamiento, de mi
ciudad, que se han unido a este dolor y además consideran
que estoy a la altura de los acontecimientos. Por todo ello
me siento muy agradecida.”
Durante el discurso, Susana recordó el fatídico accidente en
el que su marido perdió la vida, diciendo que “cierto día me
sitúa a unos 7.000 km. de aquí para ser testigo de mi propia
tragedia. Alfredo, mi marido, mi compañero ha dejado de
caminar por la vida, y yo sólo intento mostrarme como a él
le gustaría y como él consideraba que merecía el uniforme
que mostramos, como una seña de identidad. ”
Aunque el uniforme le costó la vida a su marido, éste “
también me ha dado la mayor felicidad, que fue conocer a una
persona que también ha estado siempre a la altura en todos
los sentidos. A todo un profesional de su trabajo y que cada
mañana se sentía orgulloso de portar su uniforme”.
La ceutí tiene la esperanza de volver a encontrarse con
Alfredo ya que “soy católica y creo en la vida después de la
vida. Quiero pensar que algún día lo volveré a ver y si allí
en el otro lado tuviéramos que ser algo, volveremos a ser
sin duda imitados y perteneceremos a la unidad más grande, a
la que sólo van los buenos”.
Tal y como dijo en la entrevista anterior al acto, Susana
dejó claro que “este reconocimiento no es para mí, es para
ellos, para vosotros chicos, para Alfredo y para muchos más
que habéis derramado la sangre por vuestra patria, pero no
en vuestra patria.”
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La personificación de valores constitucionales
Una parte muy importante de este
reconocimiento debe extenderse hasta su marido Alfredo que ,
con la entrega de su vida ha facilitado que descubramos a la
verdadera Susana, una mujer que es la personificación de un
elevado número de valores constitucionales y morales que han
llevado a la Asamblea a efectuar el presente reconocimiento
y la consecuente concesión de la Medalla de la Ciudad.
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