La vida de Suhaila no era excesivamente ordenada. Los
vecinos explicaron a El Pueblo de Ceuta que no eran pocas
las veces que la pequeña se quedaba en la puerta del número
5 de las Caracolas porque su madre no estaba. De noche la
llevábamos a casa porque “ella venía nos llamaba a la puerta
y nos decía que la dejásemos entrar. A veces la madre
llegaba de madrugada a recogerla”, apuntan los vecinos que
no esconden la indignación sobre lo sucedido.
|