La Policía trabaja en la investigación del caso, en
silencio, sin llamar en exceso la atención pese a que los
rumores que pululan por el barrio determinan la presencia de
una vivienda próxima a las Caracolas (no parece que sea en
El Príncipe) en la que el asesino tras huir a la carrera y
manchado de sangre, se refugió.
Kassen El Yassini, el autor confeso del crimen, se habría
resguardado en una vivienda conocida, no sólo por él, sino
incluso por la madre de la pequeña Suhaila, según datos a
los que ha tenido acceso El Pueblo de Ceuta por voces de los
mismos vecinos del barrio (y que deben de ser recibidos -no
obstante- con la consiguiente prudencia en cuanto a su
verosimilitud total). Aún así, los vecinos denuncian ante
este medio de que Mina habría advertido a los más próximos o
conocidos que no vincularan en ningún momento, ni desvelaran
el nombre ni la dirección de aquella casa porque “según nos
decía: ellos no tienen nada que ver con esto”.
Pero lo cierto es que si estas declaraciones coinciden con
la verdad, estaríamos ante una colaboración necesaria para
la huida de un criminal.
Pero la Policía sabe lo que se hace y, en estos momentos,
podemos asegurar que el subgrupo de la UDYCO encargado de la
investigación, cuenta con un amplísimo abanico de
testimonios cuya veracidad va desgranando y comprobando una
a una con el objeto de encontrar el móvil real creíble y
demostrable que haya sido el argumento del asesino para
acabar con la vida de la pequeña Suhaila.
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