Había recién comido. Eso es lo que queda bastante claro
después de que durante la inspección ocular, los agentes de
la UDYCO comprobaran el escenario del crimen.
En un plato pequeño había un trozo de tomate cortado, resto
del que ingirió la niña cuando le entró hambre (hay que
recordar que la madre la dejó encerrada y sola desde las
10’00 horas). La imagen era dantesca verdaderamente, sólo
para el aguante y el estómago de quienes ya están avezados
en lides tan especialmente dramáticas.
La pequeña estaba tendida en el suelo, en mitad de un
abundante charco de sangre. Estaba sin vida cuando su cuñado
primero y un agente de policía después descubrieron la
evidencia de la tragedia que debió vivir la niña de 7 años.
La herida inciso penetrante que presentaba Suhaila en el
cuello en su lado izquierdo evidenciaba lo que había
ocurrido. El asesino la cogió de espaldas (es diestro), la
sujetó por la cabeza muy fuerte con su brazo izquierdo y con
el derecho le rodeó el cuello para clavarle un cuchillo que
había cogido en la propia cocina. No fue un corte de lado a
lado, clavó profundamente y sin piedad, de una sola
incisión, el cuchillo. Lo hizo con tanta fuerza que resultó
afectada zona ósea, como reflejó la autopsia más tarde.
No murió en el acto la pequeña, pero cayó desvanecida. Unos
minutos después y por la pérdida abundante de sangre, la
niña entró en parada cardiorespiratoria y falleció. No pudo
entrar nadie a rescatarla, pese que algunos vecinos ya
intuían que naba bueno había sucedido cuando vieron correr
al asesino manchado de sangre. Y no pudieron hacer nada
porque la pequeña Suhaila estaba encerrada bajo llaves con
sólo 7 años. Su hermana mayor que ni se hablaba, ni se habla
con su madre, no estaba -al parecer- en Ceuta, había hecho
un ‘viaje’ rápido a Algeciras. El marido de ésta que ,según
nuestras fuentes, no sabía donde estaba si quiera su mujer,
fue el único que acudió pero resultó tardía la colaboración
porque la halló muerta.
Desavenencias familiares
La familia de la pequeña Suhaila no es un ejemplo de familia
bien avenida. La hermana de Mina, madre de la niña
fallecida, aún hoy sigue recriminando a la hermana el hecho
de que se fuera de la casa y dejara a la pequeña sola antes
de entregársela a ella.
Mina, la madre de Suhaila y Fátima su hija mayor no parece
que se lleven bien. De hecho, según ha podido conocer este
diario, Fatima denunció a su madre por malos tratos. La
infancia y la adolescencia de ésta joven (casada ahora, con
dos hijos y que cuenta con 18 años) no ha sido nada
edificante, en función de los testimonios aportados por los
allegados a la familia.
De hecho, es tarea en el cometido profesional de los
investigadores concocer el entorno familiar en el que se ha
criado la pequeña Suhaila, y es ahí donde coinciden en que
no es, ni de lejos, el patrón común que se deduce debe tener
una familia unida de lazos bien estrechos.
Precisamente en la búsqueda de respuestas en el entorno es
donde, de algún modo, la policía sigue indagando para hallar
finalmente el móvil del asesinato de la niña Suhaila.
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