La comparecencia, ayer, de L.D.T.O. en el juicio por el
asesinato del camerunés que se sigue en la Sección Sexta de
la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta permitió continuar
el juicio suspendido el pasado 14 de junio.
El subsahariano, también originario de Camerún, explicó, con
la ayuda de un intérprete de francés, que no había acudido a
la anterior convocatoria del juicio porque no se había
enterado al haber cambiado de domicilio y no por estar
escondido.
En su declaración, el hombre explicó cómo acontecieron los
hechos que desembocaron en el asesinato de su amigo y
reconoció sin ninguna duda a los dos acusados como las
personas que los llevaron al monte próximo al Arroyo del
Infierno: “nunca olvidaré esas dos caras”.
A pesar de reconocerlos a ambos, señaló a H.M.A. como la
persona que habría asestado las puñaladas mortales al
fallecido “porque era mi amigo quién estaba sentado detrás
de él, el otro intentó agredirme a mí”.
Como era de esperar, su relato de los hechos no coincidió
con el de los acusados más que en la disputa que tuvieron en
la estación marítima. Según el testigo, que acudió en
calidad de protegido, su amigo habría conocido a una persona
que le habría propuesto hacer un pase de hachís a Algeciras
a cambio de pagarles 12.500 euros a cada uno. Esa persona,
les habría presentado a uno de los acusados H.M.A. que,
presuntamente, iba a ayudarles a montar un locutorio en
Ceuta. L.D.T.O. reconoció que ambos habían aceptado el
trabajo pero que, al llegar al puerto y ver la mercancía,
“nos entró miedo y dijimos que no”. El intermediario les
habría dicho que era tarde para echarse atrás y, aunque
quisieron devolverle el dinero, éste no lo aceptó por lo que
se compraron un billete de barco para regresar a Madrid sin
coger la mercancía. Poco antes de embarcar, y siempre según
la versión del testigo, apareció H.M.A. y le pegó un
puñetazo lo que alertó a la Policía que les condujo a los
tres al puesto de la Guardia Civil en el puerto.
El imputado le contó a los agentes que los subsaharianos le
habían robado joyas y dinero y todos fueron conducidos a la
Comandancia de la Guardia Civil donde permanecieron
detenidos tres días. Al salir de allí, el segundo imputado
estaba esperando a H.M.A. para llevarlo a casa y ambos
invitaron a los cameruneses a tomar un café. Ellos aceptaron
y fue entonces cuando los llevaron al monte y comenzaron a
agredirles en el interior de un vehículo de tres puertas.
H.M.A. salió del coche y movió el asiento del conductor para
que el fallecido saliera y pudiera agredirlo en el exterior,
este momento fue aprovechado por el testigo para huir por lo
que no vio el momento de la muerte. Fue entonces cuando
pidió auxilio y encontró al guarda del Arroyo que avisó a
las autoridades y a emergencias.
En su declaración el testigo dijo que Y.A.H, el otro
acusado, también había estado pero que él no había visto que
agrediera a su amigo.
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