Si la política, a veces o casi siempre, rinde cierta
pleitesía a los gestos, se veía venir el mal idem del
Ejecutivo central para con Ceuta y Melilla desde el mismo
momento en que a Rodríguez Zapatero se le llenó la boca, a
inicios de legislatura, cuando prometió que las comunidades
autónomas limítrofes a terceros países iban a estar
invitadas a las distintas cumbres bilaterales que España
mantuviera con ellos. Probablemente no cayó en la cuenta, en
ese instante, de la Ceuta y Melilla autonómicas y Marruecos
como país limítrofe.
Llegado el momento ‘procesal oportuno’, y tras la pregunta
que en el Senado realizó el parlamentario popular, Fernández
Cucurull, en diciem-bre 2004, sobre si las dos ciudades autonómas iban a estar invitadas a la cumbre con Marruecos,
el representante del Ejecutivo y jefe de la Diplomacia
española, Miguel Angel Moratinos... |
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