Unos
veinte años hace, dicen los que recuerdan, que el
Foso Real no se dragaba, una de las consecuencias,
además de la añadida por un “previsto” efecto
erosivo del aire y del mar sobre la arena depositada
en La Ribera, por la que el canal navegable vio
obturada su salida sur. Ante el problema y ante la
dificultad unido al grave perjuicio que suponía para
el sector pesquero, el hecho de no poder ‘cortar’ a
través del foso para alcanzar la bahía sur, con el
añadido de que -de este modo- se hacía imposible las
excursiones turísticas por mar en el ‘costeo’ del
litoral con el atractivo de cruzar entre las
extraordinaria e imponentes Murallas Reales...
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