Unos veinte años hace, dicen los
que recuerdan, que el Foso Real no se dragaba, una de las
consecuencias, además de la añadida por un “previsto” efecto
erosivo del aire y del mar sobre la arena depositada en La
Ribera, por la que el canal navegable vio obturada su salida
sur.
Ante el problema y ante la dificultad unido al grave
perjuicio que suponía para el sector pesquero, el hecho de
no poder ‘cortar’ a través del foso para alcanzar la bahía
sur, con el añadido de que -de este modo- se hacía imposible
las excursiones turísticas por mar en el ‘costeo’ del
litoral con el atractivo de cruzar entre las extraordinaria
e imponentes Murallas Reales, Delegación del Gobierno
activando a sus servicios de Costas han logrado, en tiempo
récord, la operatividad de una embarcación ‘draga’ ya
adaptada, incluso, a la orografría marítima de Ceuta para
actuar de manera rápida, contundente y eficiente con el
objeto de que en tres días se haya dragado y limpiado el
acceso sur al Foso Real.
Distinta será la actuación subsiguiente que, encadenada con
esta, acabará por sanear totalmente el fondo del canal
aunque para ello se cuente con una embarcación de menor
dimensión para adaptarse a los trabajos en el interior del
foso.
No hay mal que por bien no venga, esa es la conclusión
positiva a la que se debe llegar. A grandes males, grandes
remedios, esa es otra. Lo cierto es que el Foso Real, el de
San Felipe de toda la vida, va a quedar absolutamente lucido
en relativo poco tiempo, en espera -claro está- de que el
factor climático marino respete lo previsto.
La rápida respuesta de la Administración es, evidentemente,
loable en tanto en cuanto por el simple hecho de esta
anomalía, algunos sectores como el pesquero podía quedar
dañado.
En estos momentos, todo apunta a que en breve se
restablecerá la cotidianidad, mejorada, que aún está mejor.
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