Nivel de alerta 2, entre 30 y 35
hectáreas calcinadas, 750.000 litros agua empleada,
alrededor de 300 personas participando en las tareas para
sofocar las llamas, 70 efectivos de la Unidad Militar de
Emergencia (UME), dos helicópteros, un hidroavión ... Datos
y más datos de un incendio de gran magnitud que ha producido
una grave catástrofe ecológica y un daño irreparable a
nuestro entorno natural.
Pero detrás de todos estos datos,
se encuentra el lado más humano del bombero, instantáneas
que se quedan en el interior de los cuarteles y en sus
propias casas. “La satisfacción más grande cuando uno llega
a su casa es la de volver”, aseguran José Ignacio Segura y
Gonzalo Sanz, funcionarios del Parque de Bomberos de Ceuta.
“Subidón”
Varios días después del incendio
en el monte de la Tortuga, ambos señalan que “tuvimos dos
pequeños accidentes. Un compañero se hizo daño en una mano
debido a que utilizó una herramienta y se dañó un dedo en su
intento de cortar la reja para pasar del polvorín a la zona
del fuego. A pesar de ello, continuó con su servicio, aunque
necesitó la asistencia de los compañeros de la Cruz Roja. El
otro accidente fue una contusión, aunque gracias a Dios no
pasó nada”.
En este sentido, subrayan que “al
volver por la noche al Parque de Bomberos y ver que todos
estábamos bien nos dio el subidón”.
Compromiso de los bomberos
Tanto Sanz como Segura afirman con
orgullo que “el lunes no hizo falta ni que se llamase por
teléfono a nadie, porque la magnitud del fuego se veía desde
toda la ciudad. De manera voluntaria todo el mundo se plantó
en el Parque de Bomberos con sus vehículos privados, porque
eran conscientes de que tenían que echar una mano. Los
bomberos de Ceuta siempre responden a este tipo de
situaciones”.
Aunque son ellos dos los que
hablan, se trata de un sentimiento general, destacando que
“a todos nos llena ver como responden los compañeros ante
este tipo de situaciones. Con los materiales que tenemos es
un milagro que nuestro trabajo salga bien. Sin embargo la
satisfacción viene al ver como responde un equipo como el
del Parque de Bomberos de Ceuta. Somos una gran familia a la
que ni siquiera hace falta llamar por teléfono para que
acuda actuar en un incendio. Trabajar codo con codo con los
compañeros en situaciones como la del pasado lunes y ver que
el trabajo se saca adelante es un motivo de orgullo para
todos nosotros”.
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