En poco más de un año, 85
hectáreas de García Aldave se han visto arrasadas por dos
graves incendios que provocaron que la Ciudad decretara el
nivel 2 de alerta y activara el Plan Especial de Incendios
Forestales de Ceuta (INFOCE) en el que se requirió el
servicio de todos los efectivos de los servicios de
emergencias. Ambos incendios, unidos a los sufridos en los
años 1982 y 1993, también en García Aldave, sitúa a esta
zona arbolada de la ciudad como la más castigada por
incendios forestales.
El área afectada es de alto valor
ecológico, y parte de ella está incluida en la Red Natura
2000, protegida por la Unión Europea, al tratarse de una
Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) y un Lugar de
Interés Comunitario (LIC), y estos graves incendios
producidos en tan corto espacio de tiempo ha provocado que
se haya perdido gran parte ladera de monte que había sido
reforestada desde hace años. En estos lugares destacan las
masas mixtas de repoblación de pinos (carrasco, piñonero y
californiano) y eucaliptos, así como matorrales tanto de
autóctonas (jaral brezal, ergenal) como exóticas (acacias).
También abarca formaciones de vegetación de ribera (sauceda,
espinales, zarzal, helechar) y ha afectado, aunque en menor
medida, a los alcornocales, en formación mixta con
acebuches, majuelos y espinos.
En esta ocasión, la Comandancia
General de Ceuta ha reconocido que el fuego se originó
durante unas prácticas de tiro y por ello ha anunciado que
va a asumir todos los trabajo de repoblación de la zona,
pero siempre que ocurre un trágico y lamentable incendio
como el que ha arrasado una extensa zona de García Aldave,
siempre sale a colación la falta de cuidado y mantenimiento,
por parte de la Ciudad, de las zonas arboladas de Ceuta.
Los expertos consultados por EL
PUEBLO aseguran que la vegetación mediterránea muestra una
gran adaptación al fuego y sus características naturales
hacen que sea recuperable por su gran capacidad de rebrote.
Una consecuencia positiva que extraer de un siniestro que, a
nivel paisajístico ofrece una imagen desoladora, aunque con
las primeras lluvias se espera el rebrote de la vegetación
autóctona de acebuche y alcornoque y en pocos años, apenas
se acusarán los estragos que ha provocado este incendio que
afectó a un área de unas 35 hectáreas, según los datos
oficiales facilitados, y que se unen a las 50 hectáreas
afectadas en julio de 2014.
Los pinares quemados o suflamados
por el siniestro, tal y como reconocen los expertos
consultados, son irrecuperables porque han muerto y, en este
caso, se han registrado pérdidas de muchísimos años, lo que
ha supuesto un grave deterioro ecológico. Los grandes
pinares no se recuperarán hasta un período entre 50 y 70
años, aunque la semilla crece con profusión, pero se
requieren los años indicados para que alcancen la altura a
la que estamos acostumbrados a ver los pinares.
La zona devastada por el fuego
tendrá un carácter prioritario a la hora de emprender la
reforestación, si bien antes se requiere una limpieza a base
de eliminar la madera que es irrecuperable y comprobar el
estado en el que se encuentran los arbustos, tanto en su
base como en la yema de sus hojas, aunque no cabe esperar
mucho tiempo para conocer su recuperación.
A nivel ecológico este
siniestro ha supuesto un desastre por la irreparable pérdida
de pinos con 200 años de existencia, aunque el contrapunto
lo marcan los alcornocales y la facilidad de rebrote de las
especies más valiosas de la vegetación autóctona de Ceuta,
como aspecto positivo a contemplar. Por ello se harán
actuaciones para reforzar las poblaciones forestales y
tratar de restituir la situación que, lamentablemente, el
pasado lunes ha supuesto una pérdida ecológica lamentable y
difícil de valorar en cuanto a su magnitud.
|
Los Verdes insta al Ejército a crear bancales de contención
Juan Redondo, presidente de
Los Verdes, reconocía ayer a EL PUEBLO que pese a que ahora
se quiera proceder a repoblar toda la zona afectada por el
incendio, algo lógico después de tan lamentable suceso, “el
daño ya está hecho” y por ello aprovechaba este medio para
emplazar al Ejército a realizar un rápido trabajo de
contención en la ladera afectada, indicando que ahora mismo,
“con la caída de las lluvias, toda la cubierta vegetal como
los nutrientes que puedan existir, sean arrastrado hasta los
pantanos y arroyos, provocando que se pierda también ese
elemento tan esencial para poder llevar a cabo una buena
reforestación de la ladera afectada”. Por ello, Redondo
instaba al Ejército, al igual que a la Ciudad, a llevar a
cabo los trabajos necesarios, y a la mayor brevedad posible,
para crear bancales de contención que eviten que esa tierra
se vea desplazada. Para Redondo, esta actuación es “vital y
urgente” indicando que ayer tarde ya empezó a llover en la
ciudad y que la previsión es que siga lloviendo en los
próximos días, una situación que podría provocar que se
perdiera esa “importante cubierta vegetal”.
|