Los hermanos Francisco y Manuel Olivencia Ruiz recibieron
ayer por la tarde la Medalla de Oro de la Ciudad. De esta
forma se reconoce la importante labor profesional y la
trayectoria humana de estos destacados ceutíes.
En primer lugar se proyectó un vídeo con imágenes de Manuel,
que a continuación tomó la palabra. Empezó su discurso de
forma humorística. “Puedo afirmar y en serio lo del chiste
de Gila: cuando nací mi madre no estaba en casa. Nací un 25
de julio y estaba veraneando en Ronda”.
Con dos meses de edad, al final de ese verano, le trajeron a
Ceuta, donde vivió “mi niñez y mi primera juventud”.
Olivencia destacó las tres ciudades que han marcado su vida:
Ronda, Ceuta y Sevilla. El abogado es Hijo Predilecto de
Ronda, Hijo Adoptivo de Sevilla y ahora Medalla de Oro de
Ceuta.
En la capital sevillana estudió Derecho. El abogado destacó
los méritos de su hermano Francisco, “que es un ceutí
apasionado y ha dedicado y dedica su vida y trabajo a
Ceuta”. Dijo que su hermano se lo merece “al igual que el
CERMI, por la labor admirable que viene realizando”.
Manuel Olivencia aseguró que “yo soy de los que no me lo
merezco, pero acepto” este reconocimiento por parte de la
Ciudad. Dejó claro que “amo profundamente a Ceuta”. Su
mérito para recibir esta Medalla es su amor a la ciudad. “He
procurado defender sus intereses y colaborar en sus
proyectos culturales”, afirmó. “La acepto como el enamorado
que se ve correspondido por la amada”, dijo en un símil
poético. Ceuta “es el amanecer de mi vida. De ella son mis
primeros pasos en suelo ceutí”. De su niñez recordó la
Guerra Civil, cuando aprendió “la débil frontera que separa
la vida de la muerte”. Tras terminar la Civil, descubrió que
había una Guerra Mundial.
Finalmente insistió en que “no lo merezco, pero lo agradezco
cordialmente y profundamente”. Después recibió una ovación y
el público se puso en pie.
Intervención de Francisco
Por su parte Francisco Olivencia también dijo que “el
balance es bastante flojo, sigo diciendo que no merezco la
Medalla”. Agradeció al presidente, Juan Vivas, “por su
demostrada amistad”.
El premiado inició su intervención comentando que “nací en
Ceuta, al contrario que mi hermano”. De todas formas aseguró
que “el verdadero ceutí es el que lleva a Ceuta dentro de su
alma”. Su bautizo tuvo lugar en la Iglesia de los Remedios.
Esa etapa de su niñez “eran unos tiempos agitados por la
contienda fratricida en España”. Además recordó que “de vez
en cuando caían bombas en Ceuta”.
Su madre, Carmen, “me enseñó a rezar”, y su padre, Manuel,
“nos enseñó valores como la decencia y la honradez. Él fue
alcalde de Ceua y se merece este reconocimiento”.
También comentó que su padre “me enseñó a ser abogado”. En
su profesión ha preferido ser el que defendía y haciendo un
símil con Ceuta expresó que “siempre me he sentido defensor
apasionado de mi tierra”.
A lo largo de su vida “he llamado a muchas puertas
defendiendo a Ceuta”. También abogó por una mejor imagen de
la ciudad, que “no es droga y terrorismo”. Por este motivo
hay que “deshacer equívocos que nos hacen mucho daño”. Para
eso ha luchado durante años en la defensa de los intereses
ceutíes.
Tras terminar su intervención parte del público se puso en
pie. Los dos hermanos Olivencia han recibido este
reconocimiento de manos de Juan Vivas. Sus discursos fueron
emotivos y cargados de recuerdos de su niñez y juventud.
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