“No me marco ninguna fecha de
caducidad porque mientras me aguanten las cuerdas vocales
voy a seguir cantando seguro porque es algo que me encanta”.
Así de claro lo tiene el cantante de “Danza invisible”,
Javier Ojeda.
Javier Ojeda (Málaga, 1964) ha
explicado en una entrevista con Efe que una carrera tan
larga se consigue “siendo originales, tenemos nuestro sonido
genuino y eso nos distingue. Una mezcla de pop con muchas
raíces de música negra y caribeña, que nos hacen muy
particular”.
En su opinión, la satisfacción se
alcanza porque “hago lo que me gusta, al principio me veía
un poco raro cambiando de formato, concierto o repertorio,
pero me he acostumbrado y lo que da es riqueza musical”.
Danza Invisible
Javier Ojeda, Chris Navas, Manolo
Rubio y Antonio Luis Gil integran una banda musical con
veintiún discos en su larga carrera.
“Tiempos pasados fueron mejores
pero no quisiera que esto se confundiera con que la música
del pasado era mejor porque ahora se hace música de mucha
calidad en España, sólo hay que rastrearla”, dice Ojeda.
Opina que los grupos formados en
su generación tenían “mucho más acceso a los medios pero
ahora es más complicado porque se ha mercantilizado todo un
poco más, pero qué se le va a hacer …. Los músicos están
actualmente muy injustamente tratados en este país pero es
lo que nos ha tocado vivir”.
Empezar desde abajo
El secreto de su éxito lo tiene
claro: “nosotros tenemos la virtud de que hemos empezado
desde abajo, no hemos sido un grupo prefabricado ni mucho
menos, por lo que hemos sabido sufrir en los comienzos hasta
llegar a tener popularidad y eso nos ha dado una fortaleza
que nos ha hecho ser muy resistentes”.
“Danza Total”, editado en el 2013,
ha sido el último álbum lanzado al mercado por esta banda
que, según Ojeda, siempre ha luchado por “mantener un
directo muy bueno y eso hace que sigamos en activo”.
En solitario
Más de treinta años sobre los
escenarios con el grupo “Danza Invisible”, que compatibiliza
con su trabajo en solitario y ya tiene tres discos que
avalan su trayectoria. Ahora Javier Ojeda piensa en su
cuarto trabajo en solitario.
“Confío en tenerlo listo para
finales de este año y grabo disco con verdadera pasión
musical porque mientras siga haciendo música se evita pensar
en otras cosas”, ha manifestado.
Explica que no se parecerá a lo
anterior porque tiene un poco de música retro cubana, pero
el resto está ambientado en la música funk y disco de
comienzos de los 80 en la Costa del Sol.
“Yo vivo de esto, el 90 o 95 por
ciento del dinero que ganamos es como consecuencia de las
actuaciones y los conciertos porque la venta de disco u
otros conceptos es irrisorio, de ahí que las giras son
esenciales”, ha reconocido el artista.
“Sabor de amor”, “A este lado de
la carretera” o “Reina del Caribe” seguirán sonando por los
escenarios españoles como anoche hicieron en Ceuta, donde no
actuaban desde el año 1982 pero cuya ciudad recuerda
especialmente por una curiosa anécdota.
“Cuando vinimos a cantar
prácticamente nadie había oído al grupo y, de hecho, en los
carteles por la ciudad nos anunciaban como ‘Lanza
Invencible’, por lo que es una anécdota que siempre cito ya
que en aquella época sólo habíamos publicado un maxi”, ha
añadido entre risas.
Un concierto el de Danza
Invisible en Ceuta que se produjo treinta años después de su
primera visita y que concitó las más calurosas críticas
favorables del público que asistió al espectáculo.
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