El guitarrista Raimundo Amador
ofreció un gran concierto en la noche del domingo en el
escenario principal del Auditorio de la Marina, donde se han
llevado a cabo las principales actuaciones de la Feria de
Ceuta 2015.
Raimundo Amador se relajaba
minutos antes de la actuación dando un paseo por el Real de
la Feria, donde era reconocido por los asistentes, y más de
uno quiso fotografiarse con el gran artista.
Con puntualidad, Amador salía al
escenario acompañado de su grupo, compuesto por bajo,
batería, segunda guitarra y teclados.
Ya de entrada se veía por donde
iban los tiros. Raimundo Amador, armado hasta los dientes
con una Fender Telecaster, prometía noche de blues.
Desde las primeras notas se notaba
el afecto que este genial guitarrista tiene por este estilo
musical, en el que han desarrollado su labor los grandes.
Un blues claro, clásico y a la vez
con toques de modernidad, muy potente y con un sonido que
rayaba la perfección.
Raimundo Amador recibió las
primeras clases de guitarra de su padre, en Sevilla, y
pronto se lanzó a tocar en las calles y en algunas salas. Su
origen es humilde, pero ha tocado el cielo.
Ha sido la de Raimundo Amador la
penúltima de las actuaciones, ya que anoche estaba prevista
la actuación de Harry Méndez, con un estilo de música
totalmente distinto al que puso en el escenario Raimundo
Amador.
El ciclo de conciertos de la
Feria se iniciaba con los míticos Danza Invisible, que no
defraudaron a sus incondicionales. Regresaron a Ceuta
treinta años después de su primer concierto, aún recordado.
Le siguió, ya el sábado Nazaret Compaz, la joven artista
ceutí, que llevó la copla al escenario principal del
Auditorio de la Marina, y que se hizo con un público que ya
de entrada estaba entregado.
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