El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha puesto su
foco sobre la mediación familiar y para ello ha destinado
más medios a esta alternativa de resolución de conflictos
que se ha convertido en una justicia alternativa, como
señalaba ayer Ana Carrascosa, la magistrada y letrada del
CGPJ que se encarga del área de mediación. Un servicio que,
aunque cuenta con un presupuesto moderado, será el único que
lo incremente al pasar de 15.000 euros en 2014 a 80.000 este
año y la cifra multiplicada por tres para 2016.
Para impulsar la mediación, éste órgano, explicó Carrascosa,
ha incidido en la actividad formativa. Así, realizan
jornadas de formación para jueces e incluso se desplazan a
todos los puntos el país donde un grupo de magistrados,
fiscales y secretarios solicita dicha formación. La clave,
señaló Carrascosa, es saber cuándo, cómo y qué casos se
pueden derivar a la mediación porque, puntualizó, no todos
se pueden solucionar por esta vía, sobre todo cuando las
partes no tienen voluntad de acuerdo. Así, derivar a la
mediación de forma errónea puede dilatar aún más los
procesos y convertirse en un fracaso doble. Por ello, los
jueces deben saber cuándo aconsejar la mediación.
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