Vinieron de lejos, a lomos de resistentes y entrenados
camellos desde la tierra de Belén, para finalmente
desembarcar en la ciudad y cumplir puntualmente con la
parada obligatoria en Ceuta, anclada entre Oriente y
Occidente, bañada por el Mediterráneo y el Atlántico.
“Hace varios años probamos la llegada a Ceuta en helicóptero
y disfrutar de las magníficas vistas que este trayecto te
ofrece pero este año y ante las dificultades económicas
hemos buscado un medio más barato apostando por la
austeridad y hemos venido en una lancha de la Guardia
Civil’”, comentó Melchor mientras atusaba su recortada barba
blanca. Este año, Sus Majestades se entregaron a la
ciudadanía ceutí y acudieron a sus respectivas citas para
repartir ilusión y alegría. Después llegó la hora de la Gran
Cabalgata, donde Melchor, Gaspar y Baltasar se subieron a
sus magníficas e iluminadas carrozas para saludar a los
ceutíes.
Una impresionante comitiva cargada de color y alegría iba
repartiendo entre los asistentes cientos de caramelos que
eran lanzados al aire para que la gente lo atrapara.
Este año una de las novedades ha sido la presencia de
publicidad en las diferentes carrozas de la comitiva, cuyas
empresas abonaron la misma para estar presentes en la Gran
Cabalgata y contribuir con una acción solidaria ya que el
dinero recaudado con la publicidad se destinará a la compra
de alimentos que se destinará al Banco de Alimentos de Ceuta
para ayudar a los más desfavorecidos.
Tres academias de baile de la ciudad, las de Rosa Founaud,
María José Lesmes y Maite Rivas, volvieron a participar en
la Gran Cabalgata junto a otras asociaciones de animación
como ‘Educador’ y el grupo Brotons, y el cortejo de la
Escuela de Hípica que participaron con sus caballos y
arroparon a cada una de las siete carrozas que participaron
en el cortejo con conocidos persojanes para los más pequeños
ya que estuvieron dedicadas a Frozen, a Tiana y el Sapo y
otra muy navideña cargada de bolas de nieve.
El amplio cortejo animó un recorrido repleto de ceutíes que
se entretenían con las actividades propuestas por los
miembros de los diferentes pasacalles que también se
incluyeron en la comitiva, mientras esperaban ansiosos la
llegada de los Reyes Magos.
A la sintonía se unían las voces de niños que pedían más
caramelos y más bullicio en la calle Real, camino nuevamente
del Palacio de la Asamblea, donde finalizó el evento poco
antes de las diez de la noche. Durante la cabalgata podía
verse el ambiente más típico de estas fiestas: los roscos de
Reyes ya casi habían desaparecido de los escaparates de las
pastelerías, las compras de última hora para los infantes de
la casa y la mayoría de tiendas abiertas hasta las doce de
la noche para aprovechar este agosto en la fecha de
calendario más consumista del año. Con los pronósticos de
felicidad cumplidos, viendo la caras de alegría de la
ciudadanía ceutí tras la cabalgata de anoche, ya sólo queda
mirar atrás para contemplar un año de buen comportamiento
cívico y de auxilio a los más necesitados.
Para dar ejemplo, los pequeños ceutíes se portarán muy bien
en 2015, para que el próximo año los Reyes Magos repitan su
visita a la ciudad cargados de nuevo con numerosos regalos.
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