Otra de las propuestas que no contó con el respaldo del
Grupo Parlamentario Popular y por consiguiente fue tumbada
por el Pleno de la Asamblea fue la relativa a rechazar la
legalización de las “devoluciones en caliente”, que se
practican en las fronteras de Ceuta y Melilla, promovida por
el Gobierno de la Nación.
En este sentido, Aróstegui manifestó que la política de
frontera debe ser escrupulosa y rigurosamente respetuosa con
los derechos humanos, resaltando que esa “línea roja debe
ser infranqueable”, y aseguró que la nueva medida aprobada
por el Gobierno de la nación es una “evidente vulneración de
la legislación comunitaria y una contradicción con los
acuerdos internacionales suscritos por España a tal efecto”.
En esta línea también se posicionó el PSOE y los diputados
no adscritos de la Asamblea, aunque nuevamente el PP con su
mayoría tumbó la propuesta la considerar que “el “Tarajal no
es la frontera de Ceuta, es la frontera de España y por lo
tanto el pleno de la Asamblea podrá decir lo que quiera pero
las decisiones se toman desde Madrid”
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