La expectación en la sesión plenaria estaba centrada en
Fatima Hamed, ya que era el primer día que ejercía con
libertad y participaba en los debates desde que es diputada
no adscrita, después de que el Contencioso anulase la
decisión adpotada por la Junta de Portavoces y la Mesa de la
Asamblea.
La diputada, en su intervención, le dijo al presidente que
había tenido una visión de los expedientes extrajudiciales
de créditos “como algo normal cuando realmente no lo son”,
ya que “sabe perfectamente que es una figura totalmente
excepcional”.
Diciendo que se ha usado en defensa del interés general,
dijo Hamed, y lo que “hacen es un abuso y en defensa de
determinados intereses particulares”. Hamed manifestó que
aquí, refiriéndose a los partidos políticos, “sabemos todos
que en la calle existe un halo de sospecha permanente sobre
este Gobierno” y sobre la gestión que el Ejecutvo realiza en
el asunto de las contrataciones.
Para ilustrar sus palabras, la diputada no adscrita pueso el
ejemplo del niño que tiene toda la cara manchada de
chocolate y que cuando su madre le dice que si ha sido el
que se ha comido el chocolate, el niño lo niega. Todo para
asegurar que “este Gobierno tiene la cara manchada de
chocolate”.
El problema, para la diputada está en la “falta de
credibilidad de su Gobierno”.
Al igual que el resto de los compañeros de los bancos de la
oposición, la diputada se mostró muy crítica con la gestión
y siguiendo el guión que se había establecido en la
comparecencia que el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, se
vio obligado a tener que hacer a petición de los miembros de
la oposición, Hamed se afanó en dejar claro cuales eeran las
prácticas habituales del Gobierno de Vivas en materia de
encargos realizados sin que existiese consignación
presuuestaria para el gasto.
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