Las actividades en honor de Nuestra Señora de la Merced
concluyeron ayer en la prisión de Los Rosales con varios
actos entre los que destacó la entrega de medallas, diplomas
y distinciones a funcionarios, entidades y autoridades.
Instantes antes, el vicario de Ceuta, Juan José Mateos,
ofició una misa dirigida a los trabajadores del centro y
distintas autoridades de la Ciudad Autónoma que, como cada
año, acompañaron en este día a los responsables de Los
Rosales. Entre los asistentes, se encontraba la consejera de
Presidencia y Gobernación, Yolanda Bel; la consejera de
Educación, Cultura y Mujer, Mabel Deu; la viceconsejera de
Educación, Rocío Salcedo, la viceconsejera de Empleo,
Adelaida Álvarez; la senadora Luz Elena Sanín; el presidente
de la Autoridad Portuaria, José Torrado; el Comandante
General, José Manuel Sanz Román, o el Comisario Jefe de la
Policía Nacional, Alfonso Sánchez Núñez.
Aunque estaba previsto que el obispo, Rafael Zornoza Boy,
oficiara la misa en el centro penitenciario, el vicario
explicó que el viaje se anuló por motivos de agenda, pero
también expresó el compromiso del obispo de visitar más
adelante la prisión de Los Rosales para acompañar a los
funcionarios y los reclusos.
Tras la misa, se procedió a la entrega de placas. Este fue
uno de los momentos más emotivos, ya que se distinguió la
labor de funcionarios que llevan trabajando en prisiones más
de un cuarto de siglo. Un trabajo que, el delegado del
Gobierno, reconoció como “vocacional”. “Hermoso y muy
complejo oficio este, digno de admiración y reconocimiento”,
afirmó González Pérez, que también quiso recordar una cita
de Concepción Arenal, feminista gallega que ya a mitades del
siglo XIX se convirtió en la primera visitadora de cárceles
de mujeres, que ya manifestaba en aquella época: “odia el
delito pero compadece al delincuente”.
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